jueves, 15 de octubre de 2009

En www.unne.edu.ar Primeras experiencias laborales y expectativas futuras. Por Pablo Barbetti, CES (Centro de Estudios Sociales) - UNNE.

Un análisis del proceso de inserción laboral de jóvenes pertenecientes a diferentes grupos socio-culturales.

Antecedentes

La inserción laboral es el término utilizado habitualmente para referirse al proceso de incorporación a la actividad económica de los individuos. Este proceso suele coincidir, para la mayoría de los miembros de una sociedad moderna con la etapa juvenil y, por lo tanto, constituye la transición que va de posiciones en el sistema educativo y la familia de origen hacia posiciones en el mercado de trabajo e independencia familiar. Históricamente, esta etapa constituía un pasaje más simple, una transición relativamente corta y directa entre las instituciones familiares, educativas y las del mundo productivo. Sin embargo, en este nuevo escenario laboral en el que desaparecieron las garantías del pleno empleo y sobrevienen intensos procesos de exclusión social, presenciamos profundas modificaciones en tales condiciones. Este tránsito ya no es lineal, ni definido si no por el contrario cada vez es más largo, complejo, fragmentario e incierto , “ ... se trata de una “transición” en el que el acceso a un empleo relativamente estable ( si es que llega ) , es precedido por empleos precarios y/o temporales ”. Según algunos estudios la salida del sistema escolar de los jóvenes y la confrontación con el mercado de trabajo constituye un momento esencial en la construcción de una identidad autónoma. Esta primera confrontación es, a su vez, la base de una identidad ocupacional que se irá construyendo progresiva y dialécticamente en el tiempo. De este modo, como lo sostiene Longo (2003), el modo de inserción en el mercado de trabajo está sumamente vinculado con la proyección de sí en un futuro y de alguna manera actúa anticipando una trayectoria de empleo y aprendizaje, un determinado estatus social y trazando una red de relaciones duraderas para su vida adulta.
Los resultados obtenidos en la región, además de poner en evidencia la situación de vulnerabilidad de los jóvenes en materia laboral, muestran que uno de los rasgos más notorios de este colectivo social es la heterogeneidad de situaciones que presentan en función de la edad, del nivel educativo y de la clase social de pertenencia. Estos aspectos operan como condicionantes estableciendo diferentes itinerarios que comienzan a diversificarse desde el inicio de la vida laboral. Son justamente estas cuestiones las que intentaremos profundizar; concretamente, analizar las primeras experiencias laborales de los jóvenes pertenecientes a diferentes grupos socio-culturales respondiendo a los siguientes interrogantes:
¿En qué momento se realiza el ingreso al mundo del trabajo?; ¿Cuáles son los factores y los actores que intervienen y/o definen en esta instancia?; ¿Cómo estos jóvenes establecen sus estrategias para obtener su primer trabajo?; ¿Cuáles son sus expectativas y proyectos futuros?

Objetivos

• Describir como se configura el proceso de incorporación a la actividad laboral de los jóvenes pertenecientes a diferentes sectores socio-culturales en el conglomerado Urbano Gran Resistencia.
• Identificar las expectativas y proyectos que cada uno de estos grupos construye en relación con el trabajo y la educación en esta etapa de transición.

Estrategia Metodológica

A partir de un abordaje de tipo cualitativo se construyó la información mediante la realización de entrevistas abiertas a20 jóvenes en edad de haber finalizado el nivel medio de escolaridad (entre 18 y 24 años).
Se trabajó con una muestra intencional seleccionada de los padrones de egresados de tres colegios secundarios de diferentes características ( una escuela privada – céntrica al que asisten mayoritariamente jóvenes clase alta y media , una pública céntrica a la que asisten mayoritariamente jóvenes clase media y baja y un colegio público ubicadas en zonas periféricas a donde asisten mayoritariamente jóvenes clase baja) .

Discusión de Resultados

□ Los jóvenes de sectores sociales altos

En este grupo las primeras experiencias laborales se inician generalmente, bastante tiempo después de haber finalizado la escolaridad media - entre los 22 y 24 años – momento que coincide con el trayecto final de su formación de nivel superior. Si bien identificamos actividades previas que los entrevistados mencionan como experiencias laborales (prácticas o pasantías en el colegio secundario, trabajos en empresas familiares o de conocidos) en todos los casos son de una duración sumamente breve y se realiza en períodos de descanso de las actividades estudiantiles (vacaciones, en circunstancias de interrupción, abandono o cambio de carrera universitaria o bien cambio del lugar de residencia. En sus relatos aparece fuertemente internalizada la idea de la continuidad de sus estudios superiores como un deber o mandato, que los jóvenes adultos lo viven como su “prioridad” o su “meta” (haciendo referencia a una opción personal) mientras que los más jóvenes (entre 18 y 21 años) como una “obligación”.
Un dato importante es que la mayoría de los entrevistados proviene de una familia donde al menos uno de los padres tiene nivel universitario completo y en las que hay una fuerte valoración de los estudios sobre cualquier otra actividad (laboral o lúdica).
La búsqueda del primer trabajo se asocia fundamentalmente a la necesidad de “conocer” el ámbito laboral, de adquirir experiencia, efectuar una práctica de sus estudios, generar vínculos y contactos en las organizaciones en las que estiman podrán desempeñarse para ir “aclarando” y definiendo sus intereses respecto de la orientación que pretenden seguir dentro de su profesión. En este sentido, los entrevistados están dispuestos a realizar trabajos ad honorem (adscripciones, pasantías, residencias, concurrencias, becas, etc.) para iniciar un trayecto que a mediano plazo entienden será calificante . “ ...Una amiga se recibió de abogada y está hoy en un estudio ...con un sueldo paupérrimo pero siendo consciente de que va a adquirir la experiencia como para desarrollarse en su carrera y a largo plazo va a ser una abogada importante “ (23 años)
Si bien los entrevistados manifiestan conocer y manejar todas las herramientas básicas de un proceso de búsqueda, no hay una búsqueda activa a través de los circuitos formales porque generalmente las oportunidades “se van dando”. Debido al capital social con el que cuentan, el acceso al primer trabajo se realiza a través de contactos, de redes de relaciones familiares (padres profesionales que los insertan en sus empresas o negocios) y sociales (amigos de sus padres, por medio de docentes de la universidad, a través de amigos que ya están trabajando, etc) .
Los tipos de tareas a los que acceden son variados pero con cierto grado de vinculación con su formación, aspecto que justamente, es uno de los más valorados (positivamente) cuando se los interroga a cerca del grado de satisfacción en sus experiencias. Además de la falta de urgencias económicas , el reconocimiento de la posesión de un “capital diferencial” ( mayores calificaciones educativas y mayor capital cultural) hace que los jóvenes se posicionen de manera diferente tanto en la búsqueda como en la selección , prefiriendo – en algunos casos – postergar el ingreso obtener un trabajo acorde a sus aspiraciones .A pesar de que las visiones sobre las posibilidades que ofrece el mercado laboral son heterogéneas y hay un reconocimiento de que el panorama es incierto (lo que a su vez genera un alto grado de ansiedad ), subyace la idea de que “ algo van a conseguir” . Lo mismo estaría fundado en el hecho de que además de estar bien posicionados por la formación que poseen , comparando con la gente de mayor edad , podrían dar respuesta a algunas características hoy solicitadas tales como se más flexibles , más rápidos , con una mayor capacidad de adaptación a los cambios, etc .
Los proyectos futuros a los que hacen referencia los entrevistados se vinculan con: poder finalizar su formación, continuar una especialización y, paralelamente, iniciar su desarrollo laboral y profesional. Finalmente, una cuestión importante para ser señalada es que, en este grupo, la posibilidad de anticipar y explorar el contexto en el que se van a insertar parece posibilitar tanto la reflexión y como el planteo de estrategias alternativas para afrontar a la situación de crisis en el mercado laboral (detección de nichos ocupacionales, generación de trabajo a través de diferentes formas de captar clientes y poder ofrecer sus servicios).

□ Los jóvenes de sectores sociales medios

El ingreso al mercado laboral, a diferencia del grupo anterior se da a edades más tempranas. La mayoría de los entrevistados a partir de la finalización de la escuela secundaria (entre los 18 y 21 años) empiezan a tener las primeras experiencias laborales, de corta duración, alternando con instancias de formación. Si bien hay una tendencia continuar sus trayectos formativos en el nivel superior esta actividad es discontinua (abandono, cambios de carrera, períodos de inactividad). Además de la elección de carreras universitarias, algunos optan por estudios de nivel terciario (tecnicaturas y profesorados) porque “son carreras más cortas”, “tienen salida laboral”, “te dan tiempo para trabajar” y “son menos costosas” .La decisión de iniciar la vida laboral se asocia a la posibilidad de poder solventar gastos personales y lograr, de esta manera, cierto grado de autonomía ( pagarse los estudios , comprarse ropa , gastos en esparcimiento , vivir solo) así como colaborar con la economía familiar . Si bien la valoración de la formación por parte del núcleo familiar también es importante, la situación de crisis por la que atraviesan los sectores medios ocasiona que, aunque no exista una demanda de los padres, los jóvenes decidan aportar al gasto familiar o intentar que se reduzca la presión sobre este gasto desde el inicio de su trayectoria laboral. Los únicos casos en los que el ingreso esta dado por presiones o influencias familiares se dieron en varones jóvenes cuando los mismos decidieron abandonar sus estudios.
La red de relaciones sociales opera también aquí como el principal mecanismo de acceso. Sin embargo, a diferencia del grupo anterior las ocupaciones a las que logran acceder son de menor calificación y con un alto grado de rotación (cadete en una empresa, colaborador en un taller mecánico, atención de una heladería, ). En relación con la evaluación de sus ocupaciones, si bien reconocen que son precariedad (salarios bajos, muchas horas de trabajo, falta de conexión con sus estudios) valoran la posibilidad de “tener” un trabajo así como las relaciones sociales que en él pueden establecer.
El momento de la inserción es visualizado como un proceso complejo; hay opiniones coincidentes en que las posibilidades que ofrece el mercado laboral son restringidas y que ellos no siempre cuentan con todos los requisitos para responder a las demandas - cada vez más elevadas – que se plantean desde las organizaciones. En este sentido, en las entrevistas, aparecen tanto críticas a la escuela secundaria porque la formación recibida fue insuficiente como, cierta culpabilización por no haber “aprovechado” algunas oportunidades que esta si ofrecía. Las expectativas futuras son diversas pero, en términos generales, se orientan a poder finalizar sus estudios y lograr el ingreso y permanencia en alguna ocupación con mayor grado de vinculación con sus gustos, con mejores condiciones laborales y que le otorgue cierta estabilidad (por ejemplo a través de cargos docentes, del “pase a planta permanente” para los que trabajan en la administración pública o la generación de negocio propio ). No obstante, a diferencia del grupo antes descripto, no aparece como eje central la constitución de itinerarios de formación que permitan un mayor grado de desarrollo profesional sino, en todo caso, a elaborar estrategias que permitan asegurar una continuidad laboral en ocupaciones relativamente estables y poder mantenerse.

□ Los jóvenes de sectores sociales bajos

En el caso de los jóvenes de este grupo tanto el momento como los motivos de su entrada al mundo del trabajo son diferentes. Si bien algunos de los entrevistados tuvieron sus primeras experiencias cerca de los 18 años, encontramos muchos casos en los que el ingreso es más temprano, incluso en su niñez (sobre todo cuando los jóvenes pertenecen a una familia extensa y tienen hermanos menores). Lo característico de este grupo es la existencia de una fuerte diferenciación de los tipos de ocupaciones según el sexo y la inserción en trabajos informales, de baja calificación, que ellos mismos denominan como “changas” vinculados a determinados oficios ( albañilería , jardinería , tapicería) ,en tanto las mujeres como empleadas domésticas ,colaborando en la guardería , cuidando/ acompañando ancianos, en la elaboración y venta de comidas.
El inicio a la vida laboral se realiza frecuentemente a través de las tareas de apoyo familiar , acompañado a sus padres o hermanos de mayor edad .Otro mecanismo , aunque aparece poco institucionalizado , es el acercamiento a actividades laborales a través de organizaciones escolares , barriales y punteros políticos . Estas formas de intermediación institucional surgen cuando las redes familiares no sirven de apoyo en la obtención de un trabajo. En este sentido, conviene señalar que el ámbito geográfico en el cual este grupo de jóvenes y sus familias se mueven es acotado y en ocasiones los establecimientos están distantes e estas zonas marginales.
La visión sobre las posibilidades que ofrece el mercado laboral son notoriamente más pesimistas. La falta de ofertas depuestos de trabajo y la situación de “desventaja” (por el nivel educativo alcanzado o la sobreedad) en la que se encuentran en el momento de competir por determinadas ocupaciones, en ocasiones, devienen en un sentimiento de desaliento.
Por otro lado, a las posibilidades escasas se suman otras limitaciones como la carencia de recursos para seguir realizando una búsqueda en otros circuitos que ofrezcan oportunidades de mayor calificación, así como para poder financiar emprendimientos propios en oficios determinados ( ejemplo realizar filmaciones y ediciones , reparaciones de electrónicos y electrodomésticos).En relación con sus expectativas educativas manifiestan interés por continuar y terminar los estudios formales ( varios de los entrevistados abandonaron el sistema en el nivel medio) o bien poder realizar algunas capacitaciones específicas .Sin embargo, las aspiraciones y perspectivas denotan un gran realismo en el sentido de que reflejan claridad sobre los límites y condicionamientos que les imponen. Hay una visión de poder satisfacer necesidades a corto plazo. Sus metas no son ambiciosas, si no que se remiten fundamentalmente al logro de una ocupación (independientemente de sus características).

Conclusiones

Bourdieu ( 1990), en relación con los estudios sobre la juventud, menciona que no se puede hablar de “ los jóvenes” en forma plural, como una unidad social, como un grupo constituido que posee intereses comunes, sino que - por el hecho de ser una categoría culturalmente construida - en este abordaje es necesario reconocer las diferencias entre las “las juventudes” . Desde esta lógica, intentamos identificar algunos aspectos característicos en el momento de la inserción laboral de los jóvenes de diferentes grupos socioculturales. El hecho de poder postergar el ingreso a la vida laboral - o la necesidad de tener que hacerlo tempranamente- , la posibilidad de gozar - o carecer - de una etapa de “moratoria” o espera antes de la inserción, se asocia no sólo con el capital cultural y social que los jóvenes puedan acumular y los tipos de ocupaciones que puedan obtener, sino también con la manera en que se posicionan y los proyectos que realizan en relación con el estudio y el trabajo. Si bien en todos los grupos sociales las primeras experiencias laborales se realizan bajo condiciones de precariedad estas son más pronunciadas en los grupos socio culturales medio y bajo. Son además diferentes las maneras en que los jóvenes asumen tal condición: para algunos es un paso, un camino necesario “hacia” , que debe ser aceptado e incluso capitalizado; para otros , en cambio , se traduce en un mayor grado de frustración , en una sensación de incertidumbre sobre el margen que poseen para modificar tal situación en su itinerario futuro.

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