lunes, 3 de diciembre de 2018



¿Qué hay que saber hoy sobre Geografía?

Una ciencia para comprender los territorios En El Monitor de la Educación número 13, 5ta Época, Julio/Agosto 2007, páginas 48 y 49.- VERSIÓN ADAPTADA
Por Alejandro Benedetti (Doctor en Geografía, becario posdoctoral del Conicet. Investigador del Instituto de Geografía y docente, UBA).

Cualquier geógrafo al comentar cuál es su profesión, suele recibir preguntas del estilo: “¿Cuál es la capital de Kirguizistán?; ¿descubriste alguna mina de oro?”; o también: “¿Haces mapa?”. Sería incorrecto afirmar que la toponimia, la geología o la cartografía son saberes ajenos a la geografía. Pero ninguna de esas disciplinas son, indefectiblemente, especificidades del quehacer de los geógrafos.
El término Geografía tiene una pluralidad de sentidos. Uno de ellos remite a un saber práctico y se remonta a las primeras culturas. El conocimiento sobre la localización de las fuentes de alimento, el agua potable o los enemigos, y también los caminos de acceso, era una información vital. Lo sigue siendo. También suele asociarse al medio físico: la geografía de una comarca es el conjunto de construcciones, ecosistemas, estructuras geológicas y superficies ocupadas con agua que encuentran allí. Suele haber una fuerte asociación del término geografía con la asignatura escolar.
Esta materia está presente en el sistema escolar desde fines del siglo XIX. En la Argentina como en otros estados nacionales, junto a la historia y el civismo, la geografía fue una poderosa herramienta que aglutinó a una heterogénea población, creando y fortaleciendo los sentimientos de pertenencia a la comunidad imaginada. La geografía escolar fue un importante motor para el desarrollo de la geografía profesional. Si bien actualmente la enseñanza sigue siendo un importante ámbito laboral para los geógrafos, el espectro de intereses y áreas de inserción es mucho más amplio.
Suele afirmarse que el pensamiento geográfico se origina en la Grecia antigua, de donde proviene el término. En sus orígenes consistía en la mensura y descripción de la extensión del mundo conocido, sus fronteras y el más allá.
En 1650, Bernhard Varenio condensó buena parte del conocimiento del mundo, aunque la geografía seguía siendo un saber disperso. La sistematización de los conocimientos en geografía comenzó a producirse hacia fines del siglo XIX, en el contexto de la formación de los estados nacionales, el imperialismo europeo y la consolidación del sistema educativo:
En la Argentina, los primeros pasos en el proceso de institucionalización de la geografía se dieron con la creación de algunas cátedras, hacia 1900, dentro de una carrera de Historia; con la creación en 1904 de una carrera especializada en la formación de profesores de Geografía, en el Instituto Joaquín V. González; y, a mediados de siglo, se establecieron las primeras carreras universitarias.
Puede reconocerse una continuidad a lo largo de la tradición geográfica, dada por el interés por comprender las variaciones de fenómenos naturales y sociales en la superficie terrestre. Los temas, las formas de abordarlos y las prácticas profesionales fueron cambiando de manera notable. La geografía asiste actualmente a una creciente diversidad y complejidad del abanico de temas y problemas. Algunos de los campos emergentes son la geografía de género, el desarrollo local, los problemas de la mundialización, las geografías de la vida cotidiana, por mencionar algunos ejemplos.
Cada vez hay mayor consenso en que la geografía forma parte de las ciencias sociales. Aun cuando se estudien los recursos naturales, la mirada de los geógrafos no está puesta en los procesos naturales que dieron origen a los materiales, sino en la conflictividad social generada por su apropiación y puesta en valor. La mirada sobre un proceso social cualquiera apunta a comprender las configuraciones territoriales resultantes, a describir la disposición particular que adquieren las infraestructuras, a interpretar las formas en que se organizan territorialmente las instituciones o a reconstruir el proceso de formación de las identidades regionales.

En el quehacer de los geógrafos, las categorías de análisis fundamentales son:
-Espacio
-Región y paisaje
-Territorio
-Límite y frontera
-Lugar
-Red,
entre otras.

Pero probablemente es territorio el concepto con más revisita. Tradicionalmente fue asociado a la idea de suelo, de soporte material y jurisdicción de un Estado nacional, o a área controlada por un animal. Las nuevas perspectivas han contribuido a enriquecer esta categoría de análisis.

Algunas claves para comprender los territorios son:

- La idea de territorio no está asociado en forma unívoca al Estado nacional. Un territorio puede concebirse como un resultado de las acciones de cualquier sujeto (individual o colectivo) que busca controlar en un área determinada, sus recursos, las personas y sus relaciones. El territorio es un ámbito delimitado, que muchas veces se estabiliza (el territorio de los estados nacionales, aunque otras veces su perdurabilidad puede ser muy acotada en el tiempo (en un partido de fútbol, durante unas horas, cada hinchada controla cierto ámbito dentro de la cancha).

- Los territorios (de la Argentina, de Jujuy, pero también de la religión católica, de la multinacional Coca-Cola o de la minoría étnica wichí) son entidades históricas, contingentes, en permanente transformación, que se reproducen a través de las prácticas sociales y culturales de los sujetos.

- Un territorio, especialmente el del estado nacional, es una realidad compleja donde se articulan procesos económicos, políticos y socioculturales.

- En la Argentina o en cualquier otro país, se articulan procesos globales (redes financieras internacionales), regionales supranacionales (creación del Mercosur), nacionales (intervención del Estado Nacional a través de la Gendarmería Nacional), regionales sub-nacionales (iniciativas para el desarrollo económico regional de Norte Grande) y locales (en cada lugar donde se construyen fuertes sentimientos de pertenencia a una pequeña comunidad). En suma, los territorios se conforman a diferentes escalas.

- Lo anterior, a su vez, está señalando la existencia de una red de actores, con diferentes intencionalidades y que actúan con distintas lógicas. Los estados nacionales, los municipios, las asociaciones empresariales, las ONG (Organizaciones No Gubernamentales) ambientalistas, los diferentes grupos sociales políticamente movilizados moldean los territorios en función de sus intereses.

- Si bien puede presentar ciertas homogeneidades (una misma lengua o un mismo sistema legal), los territorios son fragmentados e internamente desiguales. La desigual distribución de los ingresos, por ejemplo, tiene su correlato en la desigual distribución territorial de las oportunidades. La sociedad genera cambios diferenciales en el territorio, y el territorio origina diferencias sociales.

Uno de los desafíos de la enseñanza de la Geografía es complejizar la mirada sobre los territorios; no solo por presentar al territorio argentino como una construcción histórica; sino, de igual forma, por intentar comprender cómo se formaron, cómo funcionan y cómo participan en la vida cotidiana de los alumnos otros territorios. El del municipio o de la provincia, el de la comunidad campesina o de la minoría religiosa a la que pertenecen, por ejemplo.
Una definición contemporánea de Geografía sería, tal vez, la de una ciencia que busca comprender, en el tiempo, la dimensión territorial de los procesos sociales.


 Concepto de Espacio Geográfico
ARZENO, MARIANA y OTROS  “Geografía de la Argentina”  Buenos Aires, Editorial Santillana, 2010.- Página 40
"El espacio geográfico es una construcción social, resultado de la acción humana sobre una base natural. Las condiciones físico-naturales no han determinado por completo el espacio nacional, pero la diversidad de sus relieves y climas, el sistema hidrográfico  y otros elementos que dan lugar a la configuración de distintos biomas, han orientado el asentamiento humano y el desarrollo de las actividades económicas  a partir de la valorización de los recursos que ofrece la naturaleza. Las formas de asentamiento humano y de aprovechamiento de los recursos muchas veces genera riesgos que pueden derivar en serios problemas ambientales.”

Naturaleza y Sociedad

BENÍTEZ, CARLOS  Y OTROS “El espacio geográfico argentino en el mundo actual”
Buenos Aires, Editorial Longseller, 2010.- Página 35

“La naturaleza conoce un proceso de humanización cada vez mayor. Gana a cada paso elementos que son resultado de la cultura. Se torna cada día más culturizada, más artificial, más humanizada.
El proceso de culturización de la naturaleza  se torna, cada vez más, el proceso de su tecnificación. Las técnicas se van incorporando a la naturaleza y esta queda cada vez más socializada, pues es, cada día  más, el resultado del trabajo de un mayor número de personas.
En el proceso de desarrollo humano no hay una separación del Hombre y de la Naturaleza. La  Naturaleza se socializa y el Hombre se naturaliza.”
SANTOS, MILTON “ Metamorfosis del espacio habitado” San Pablo, Hucitec, 1998.-

En  www.contenidosdigitales.ulp.edu.ar
La Geografía  aborda el estudio del espacio geográfico desde una perspectiva formativa, a partir del desarrollo integral de conceptos, habilidades y actitudes.

En un artículo presentado en las Jornadas de Investigación del Centro de Investigaciones Geográficas y del Departamento de Geografía, desarrolladas entre el 12 y 13 de noviembre del año  2009 en la ciudad de La Plata., titulado “Áreas protegidas de la cuenca baja del río Luján: Un territorio en transformación y potencialmente vulnerado”, las autoras D'Amico, Gabriela; Botana, María Inés y  Pérez Ballari, Andrea utilizan este fragmento de texto. 
“Como señalara Milton Santos respecto a las relaciones sociedad naturaleza, “el espacio geográfico es hoy un sistema de objetos cada vez más artificiales poblado por sistemas de acciones igualmente imbuidos de artificialidad, y cada vez más tendiente a fines extraños al lugar y a sus habitantes”
SANTOS, MILTON “A natureza do espaço. Técnica e tempo. Razão e Emoção.” São Paulo, Hucitec,  1996.- Página 54

¿Qué es el territorio?

AJÓN , ANDREA Y  BACHMANN; LÍA  “Territorios en el mundo actual” Buenos  Aires, Editorial Longseller, 2002, Páginas 21 y 22.- Libro 1

 
El concepto de territorio ha sido objeto de debate en el campo de la Geografía. Tradicionalmente, se lo había reducido al espacio cuyos límites políticos coinciden con los del territorio estatal. Esta idea fue puesta en discusión y hoy se ponen en relación las nociones de territorio y poder.
Los territorios se van conformando según complejas relaciones de poder que los vuelven ámbitos geográficos inestables y variables en el tiempo. La delimitación del territorio implica el establecimiento de límites que marcan relaciones de exclusión e inclusión, de fronteras entre un adentro y un afuera. Los límites a veces pasan por la ocupación efectiva de un espacio o por las marcas que deja en él un pueblo. Así, el territorio es una pertenencia colectiva que, en ocasiones, puede dar lugar a tensiones o conflictos entre los que se consideran pertenecientes al territorio y los que son considerados ajenos.

Según esta perspectiva, son territorios los marcados por una actividad ilegal (por ejemplo, los espacios dominados por la guerrilla colombiana), los reclamados por los pueblos que reivindican un Estado (como los kurdos, obligados a exiliarse en otros países), la Unión Europea o los ámbitos geográficos que consideran suyos las hinchadas de fútbol en una ciudad.
Esta idea de territorio permite detectar una compleja trama de delimitaciones territoriales e, incluso, territorios vinculados por un problema específico y que no necesariamente se corresponden ámbitos geográficos contiguos; en África, por ejemplo, por el reparto colonial, el grupo étnico yoruba quedó dividido entre Nigeria, donde el idioma oficial es el inglés, y Benin, de habla francesa. Éste es un caso en el que un pueblo con la misma pertenencia étnica y cultural resultó repartido en dos Estados.
El territorio estatal es un ejemplo de territorio en el que los límites son precisos y de carácter jurídico: a lo largo de toda su extensión geográfica, el Estado ejerce la soberanía legítima.
Hoy, muchos pueblos con diferencias étnicas, lingüísticas y religiosas comparten la pertenencia a un mismo Estado. Las desiguales relaciones de poder entre las distintas comunidades o los diferentes pueblos en el marco de ese Estado definen quiénes constituyen las minorías nacionales y quiénes, la mayoría.
En otros términos, la dominación política permite a la mayoría ejercer una discriminación contra la minoría y adoptar una actitud que puede expresarse de diversos modos que van desde las representaciones caricaturescas hasta el exterminio.
Esta convivencia obligada por los vericuetos de la historia y la política suele no ser armónica. En consecuencia, surgen frecuentemente disputas territoriales o movimientos políticos que buscan obtener igualdad de condiciones en el marco del Estado o que , directamente, intentan la separación. En otros casos, la diversidad de los pueblos no impide la convivencia pacífica en el Estado, aunque éste privilegie a algunos grupos.
En síntesis: como, precisamente, la geografía política mundial actual se organiza en Estados nacionales con fronteras precisas, ciertas comunidades buscan que sus territorios alcancen autonomía y estatuto jurídico propios.



BRAILOVSKY, ANTONIO y FOGUELMAN, DINA  “Memoria verde. Historia ecológica de la Argentina”.  Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1998.- páginas 16-21

LAS RELACIONES SOCIEDAD- NATURALEZA

El Concepto de las relaciones sociedad-naturaleza surgió del análisis ambiental en América Latina, y no  por casualidad: se contrapone al concepto de relaciones hombre-naturaleza que durante gran parte de este siglo primó en los países desarrollados como forma de  diluir responsabilidades sobre consecuencias criticables del mal uso de la naturaleza y que sirvió, por ejemplo, para  atribuir la mayor parte de las culpas ambientales a la superpoblación, de preferencia la del Tercer Mundo. Hablar de sociedades implicar partir de la base de que no son los individuos quienes usan  la naturaleza, sino las sociedades que los agrupan, e involucra una evaluación crítica de las decisiones tomadas por quienes las manejan.
El concepto adquiere su más amplio sentido cuando se lo analiza como resultante de los estilos de desarrollo que han prevalecido históricamente. En otras palabras, la hipótesis que guía este trabajo y que se aplicará al análisis de numerosos ejemplos, es que los estilos de desarrollo elegidos o impuestos por los países de la región han determinado y se han expresado a  través de diversas formas de interacción sociedad-naturaleza.
Este trabajo se procura demostrar que las condiciones ambientales de un país están íntimamente vinculadas con el estilo de desarrollo y con las sucesivas fases de desarrollo por las que ese país atraviesa.

INFORME METODOLÓGICO

La mayor  parte de los estudios sobre el ambiente se centran en la descripción del estado actual de los procesos ambientales y en su representación geográfica. A menudo se habla de las condiciones del medio como resultantes de la actividad humana per se, sin una estricta vinculación con situaciones históricas concretas.
Pensamos sin embargo que los problemas del medio ambiente se vinculan con la forma en que una sociedad concreta utiliza su base natural, de qué manera  la emplea para satisfacer sus necesidades y por qué lo hace de esa manera particular.
Cada sociedad humana establece una relación diferente con la naturaleza: aprovecha distintas porciones y aptitudes de la naturaleza que, como vimos, se organiza en ecosistemas. Esas porciones de las que extrae un aprovechamiento económico actual o potencial se denominan recursos naturales.
Diferentes sociedades utilizan los recursos naturales de distinta manera: dan un uso productivo a unos, depredan otros, mantienen otros sin utilización.
El vínculo material entre unas y otros son las tecnologías, como conjuntos de conocimientos y habilidades aplicados a la explotación de los recursos. Su forma de uso depende del conocimiento tecnológico, pero se vincula también con aspectos económicos y de proyectos y modelos sociales y culturales. Aunque cueste creerlo,  para los conquistadores y colonizadores españoles la Ciudad de Buenos Aires estaba rodeada por un desierto que algunas crónicas califican de horribles: un espacio cubierto de pajonales, por el que podían caminarse 200 leguas sin ver un solo árbol, y que no cumplía ninguna función importante. Hoy llamamos a este desierto la Pampa Húmeda y es una de las bases principales de la economía nacional.
Cada organización social, entonces, tiene una relación diferente con la naturaleza. En consecuencia, son distintos los impactos de sus actividades sobre el medio y, por supuesto, también lo son las consecuencias ecológicas de estas actividades.
La complejidad de estas interrelaciones es aún hoy poco evaluada por la mayor la mayor parte de los desarrollos científicos. El avance de la especialización ha llevado a olvidar el carácter histórico de las relaciones entre sociedad y naturaleza.
Así, los especialistas han inventado una historia sin naturaleza y una ecología sin sociedad. En este libro las hemos unido, y estas interacciones  nos muestran un aspecto desconocido de nuestro propio país.
 Definiremos al ambiente como la resultante de interacciones entre sistemas ecológicos y socioeconómicos, susceptibles de provocar efectos sobre los seres vivientes y las actividades humanas.  Esta definición destaca especialmente el concepto  de sistemas, tal como se describieron al hablar de ecosistemas, y el de interacciones, ya que ninguno de los sistemas componentes es exclusivamente definitorio en la formación del medio ambiente.
El análisis de las relaciones sociedad –naturaleza que aquí  se presenta es concebido como una aproximación al análisis de sistemas complejos, con un enfoque diacrónico, en tanto incluye un estudio evolutivo de dichas relaciones.
Las características interdisciplinarias del enfoque plantean determinadas peculiaridades metodológicas, porque cada uno de los sistemas sintetiza, a su vez, interacciones inherentes a una amplia gama de especialidades de campo de las ciencias naturales y de las ciencias sociales.
Más concretamente, los componentes de esos sistemas y de sus interacciones que se consideran más importantes en la construcción del medio son:

En los sistemas ecológicos, la calidad (tipo, estabilidad, renovabilidad, etc.) y cantidad (efectiva y potencial) de los recursos naturales pasibles de explotación. Es decir, comenzamos inventariando qué recursos naturales tenemos para después analizar qué hacemos con ellos. Por ejemplo, cuando se construyeron las cloacas de Rosario se discutió si se las hacía terminar en el río o se les daba algún otro destino. Y la inmensidad del Paraná fue el argumento más concluyente: durante casi un siglo “Padre de las aguas” recibió, pacientemente, miles de toneladas de materias fecales que se ocupó de biodegradar  y devolver después a los cielos naturales. En este caso estamos hablando de recursos naturales que estaban antes de que la sociedad se constituyera. Pero en  ocasiones nos encontramos con recursos que son obra humana, como veremos ocurrió con el paisaje y el suelo pampeanos, que son el resultado del trabajo humano, tan artificiales como puede serlo una ciudad.

En los sistemas socioeconómicos, la estructura de relaciones establecidas entre los hombres  a efectos de la producción, a escala nacional e internacional. Un ejemplo significativo es el cultivo de cereales en la región pampeana. Plantado inútilmente por Belgrano, fue necesario que se modificaran las  relaciones sociales locales e internacionales,  para que esos ecosistemas fueran utilizados de esa manera durante el proyecto de la llamada Generación del 80.

En los nexos tecnológicos, el grado de desarrollo de las tecnologías productivas utilizadas y sus modalidades. La tecnología es el instrumento de apropiación y de transformación de los recursos naturales; cada tecnología tiene un impacto ambiental preciso. Es distinto que estemos inyectando en el ambiente pesticidas o detergentes biodegradables o materiales radioactivos. Del mismo, modo, efectuar rotaciones agrícola-ganaderas tiene efectos diferentes que no hacerlas. No se trata sólo de una contraposición entre tecnologías “antiguas” y “modernas”, sino de detectar la especialidad de incidencia de cada una de ellas sobre el ambiente. 

Las interacciones  dinámicas de estos tres componentes complejos determinan, en cada una de las fases de desarrollo del país:

Cierto modo de utilización de los recursos naturales renovables y no renovables, lo que implica cierto tipo de racionalidad económica y política en la utilización de esos recursos.

Cierto modo de la utilización del espacio nacional, rural y urbano, como reflejo de las relaciones productivas.

Ambos modos de utilización están interrelacionados. En el fondo son facetas de la misma cosa. El modelo basado en la explotación de plata del Potosí organiza el espacio a su manera, transforma el  país en un largo camino entre las vetas de plata y el puerto por el que el metal sale a la metrópoli.
Esta interrelación determina, en cada tiempo y espacio particular, ciertas condiciones de calidad de vida y determinadas formas de modificación del medio que constituye la base de los hábitat  humanos. Volviendo a nuestro último ejemplo, recordemos  que las condiciones  del ambiente laboral en las minas fueron tan duras que en Potosí murió tanta gente como en Auschwitz. También ese modelo influyó sobre el hábitat urbano: la fiebre de la plata creó un área metropolitana en el altiplano, con casi todos los problemas que caracterizan a las grandes  ciudades actuales.