lunes, 3 de diciembre de 2018



¿Qué hay que saber hoy sobre Geografía?

Una ciencia para comprender los territorios En El Monitor de la Educación número 13, 5ta Época, Julio/Agosto 2007, páginas 48 y 49.- VERSIÓN ADAPTADA
Por Alejandro Benedetti (Doctor en Geografía, becario posdoctoral del Conicet. Investigador del Instituto de Geografía y docente, UBA).

Cualquier geógrafo al comentar cuál es su profesión, suele recibir preguntas del estilo: “¿Cuál es la capital de Kirguizistán?; ¿descubriste alguna mina de oro?”; o también: “¿Haces mapa?”. Sería incorrecto afirmar que la toponimia, la geología o la cartografía son saberes ajenos a la geografía. Pero ninguna de esas disciplinas son, indefectiblemente, especificidades del quehacer de los geógrafos.
El término Geografía tiene una pluralidad de sentidos. Uno de ellos remite a un saber práctico y se remonta a las primeras culturas. El conocimiento sobre la localización de las fuentes de alimento, el agua potable o los enemigos, y también los caminos de acceso, era una información vital. Lo sigue siendo. También suele asociarse al medio físico: la geografía de una comarca es el conjunto de construcciones, ecosistemas, estructuras geológicas y superficies ocupadas con agua que encuentran allí. Suele haber una fuerte asociación del término geografía con la asignatura escolar.
Esta materia está presente en el sistema escolar desde fines del siglo XIX. En la Argentina como en otros estados nacionales, junto a la historia y el civismo, la geografía fue una poderosa herramienta que aglutinó a una heterogénea población, creando y fortaleciendo los sentimientos de pertenencia a la comunidad imaginada. La geografía escolar fue un importante motor para el desarrollo de la geografía profesional. Si bien actualmente la enseñanza sigue siendo un importante ámbito laboral para los geógrafos, el espectro de intereses y áreas de inserción es mucho más amplio.
Suele afirmarse que el pensamiento geográfico se origina en la Grecia antigua, de donde proviene el término. En sus orígenes consistía en la mensura y descripción de la extensión del mundo conocido, sus fronteras y el más allá.
En 1650, Bernhard Varenio condensó buena parte del conocimiento del mundo, aunque la geografía seguía siendo un saber disperso. La sistematización de los conocimientos en geografía comenzó a producirse hacia fines del siglo XIX, en el contexto de la formación de los estados nacionales, el imperialismo europeo y la consolidación del sistema educativo:
En la Argentina, los primeros pasos en el proceso de institucionalización de la geografía se dieron con la creación de algunas cátedras, hacia 1900, dentro de una carrera de Historia; con la creación en 1904 de una carrera especializada en la formación de profesores de Geografía, en el Instituto Joaquín V. González; y, a mediados de siglo, se establecieron las primeras carreras universitarias.
Puede reconocerse una continuidad a lo largo de la tradición geográfica, dada por el interés por comprender las variaciones de fenómenos naturales y sociales en la superficie terrestre. Los temas, las formas de abordarlos y las prácticas profesionales fueron cambiando de manera notable. La geografía asiste actualmente a una creciente diversidad y complejidad del abanico de temas y problemas. Algunos de los campos emergentes son la geografía de género, el desarrollo local, los problemas de la mundialización, las geografías de la vida cotidiana, por mencionar algunos ejemplos.
Cada vez hay mayor consenso en que la geografía forma parte de las ciencias sociales. Aun cuando se estudien los recursos naturales, la mirada de los geógrafos no está puesta en los procesos naturales que dieron origen a los materiales, sino en la conflictividad social generada por su apropiación y puesta en valor. La mirada sobre un proceso social cualquiera apunta a comprender las configuraciones territoriales resultantes, a describir la disposición particular que adquieren las infraestructuras, a interpretar las formas en que se organizan territorialmente las instituciones o a reconstruir el proceso de formación de las identidades regionales.

En el quehacer de los geógrafos, las categorías de análisis fundamentales son:
-Espacio
-Región y paisaje
-Territorio
-Límite y frontera
-Lugar
-Red,
entre otras.

Pero probablemente es territorio el concepto con más revisita. Tradicionalmente fue asociado a la idea de suelo, de soporte material y jurisdicción de un Estado nacional, o a área controlada por un animal. Las nuevas perspectivas han contribuido a enriquecer esta categoría de análisis.

Algunas claves para comprender los territorios son:

- La idea de territorio no está asociado en forma unívoca al Estado nacional. Un territorio puede concebirse como un resultado de las acciones de cualquier sujeto (individual o colectivo) que busca controlar en un área determinada, sus recursos, las personas y sus relaciones. El territorio es un ámbito delimitado, que muchas veces se estabiliza (el territorio de los estados nacionales, aunque otras veces su perdurabilidad puede ser muy acotada en el tiempo (en un partido de fútbol, durante unas horas, cada hinchada controla cierto ámbito dentro de la cancha).

- Los territorios (de la Argentina, de Jujuy, pero también de la religión católica, de la multinacional Coca-Cola o de la minoría étnica wichí) son entidades históricas, contingentes, en permanente transformación, que se reproducen a través de las prácticas sociales y culturales de los sujetos.

- Un territorio, especialmente el del estado nacional, es una realidad compleja donde se articulan procesos económicos, políticos y socioculturales.

- En la Argentina o en cualquier otro país, se articulan procesos globales (redes financieras internacionales), regionales supranacionales (creación del Mercosur), nacionales (intervención del Estado Nacional a través de la Gendarmería Nacional), regionales sub-nacionales (iniciativas para el desarrollo económico regional de Norte Grande) y locales (en cada lugar donde se construyen fuertes sentimientos de pertenencia a una pequeña comunidad). En suma, los territorios se conforman a diferentes escalas.

- Lo anterior, a su vez, está señalando la existencia de una red de actores, con diferentes intencionalidades y que actúan con distintas lógicas. Los estados nacionales, los municipios, las asociaciones empresariales, las ONG (Organizaciones No Gubernamentales) ambientalistas, los diferentes grupos sociales políticamente movilizados moldean los territorios en función de sus intereses.

- Si bien puede presentar ciertas homogeneidades (una misma lengua o un mismo sistema legal), los territorios son fragmentados e internamente desiguales. La desigual distribución de los ingresos, por ejemplo, tiene su correlato en la desigual distribución territorial de las oportunidades. La sociedad genera cambios diferenciales en el territorio, y el territorio origina diferencias sociales.

Uno de los desafíos de la enseñanza de la Geografía es complejizar la mirada sobre los territorios; no solo por presentar al territorio argentino como una construcción histórica; sino, de igual forma, por intentar comprender cómo se formaron, cómo funcionan y cómo participan en la vida cotidiana de los alumnos otros territorios. El del municipio o de la provincia, el de la comunidad campesina o de la minoría religiosa a la que pertenecen, por ejemplo.
Una definición contemporánea de Geografía sería, tal vez, la de una ciencia que busca comprender, en el tiempo, la dimensión territorial de los procesos sociales.


 Concepto de Espacio Geográfico
ARZENO, MARIANA y OTROS  “Geografía de la Argentina”  Buenos Aires, Editorial Santillana, 2010.- Página 40
"El espacio geográfico es una construcción social, resultado de la acción humana sobre una base natural. Las condiciones físico-naturales no han determinado por completo el espacio nacional, pero la diversidad de sus relieves y climas, el sistema hidrográfico  y otros elementos que dan lugar a la configuración de distintos biomas, han orientado el asentamiento humano y el desarrollo de las actividades económicas  a partir de la valorización de los recursos que ofrece la naturaleza. Las formas de asentamiento humano y de aprovechamiento de los recursos muchas veces genera riesgos que pueden derivar en serios problemas ambientales.”

Naturaleza y Sociedad

BENÍTEZ, CARLOS  Y OTROS “El espacio geográfico argentino en el mundo actual”
Buenos Aires, Editorial Longseller, 2010.- Página 35

“La naturaleza conoce un proceso de humanización cada vez mayor. Gana a cada paso elementos que son resultado de la cultura. Se torna cada día más culturizada, más artificial, más humanizada.
El proceso de culturización de la naturaleza  se torna, cada vez más, el proceso de su tecnificación. Las técnicas se van incorporando a la naturaleza y esta queda cada vez más socializada, pues es, cada día  más, el resultado del trabajo de un mayor número de personas.
En el proceso de desarrollo humano no hay una separación del Hombre y de la Naturaleza. La  Naturaleza se socializa y el Hombre se naturaliza.”
SANTOS, MILTON “ Metamorfosis del espacio habitado” San Pablo, Hucitec, 1998.-

En  www.contenidosdigitales.ulp.edu.ar
La Geografía  aborda el estudio del espacio geográfico desde una perspectiva formativa, a partir del desarrollo integral de conceptos, habilidades y actitudes.

En un artículo presentado en las Jornadas de Investigación del Centro de Investigaciones Geográficas y del Departamento de Geografía, desarrolladas entre el 12 y 13 de noviembre del año  2009 en la ciudad de La Plata., titulado “Áreas protegidas de la cuenca baja del río Luján: Un territorio en transformación y potencialmente vulnerado”, las autoras D'Amico, Gabriela; Botana, María Inés y  Pérez Ballari, Andrea utilizan este fragmento de texto. 
“Como señalara Milton Santos respecto a las relaciones sociedad naturaleza, “el espacio geográfico es hoy un sistema de objetos cada vez más artificiales poblado por sistemas de acciones igualmente imbuidos de artificialidad, y cada vez más tendiente a fines extraños al lugar y a sus habitantes”
SANTOS, MILTON “A natureza do espaço. Técnica e tempo. Razão e Emoção.” São Paulo, Hucitec,  1996.- Página 54

¿Qué es el territorio?

AJÓN , ANDREA Y  BACHMANN; LÍA  “Territorios en el mundo actual” Buenos  Aires, Editorial Longseller, 2002, Páginas 21 y 22.- Libro 1

 
El concepto de territorio ha sido objeto de debate en el campo de la Geografía. Tradicionalmente, se lo había reducido al espacio cuyos límites políticos coinciden con los del territorio estatal. Esta idea fue puesta en discusión y hoy se ponen en relación las nociones de territorio y poder.
Los territorios se van conformando según complejas relaciones de poder que los vuelven ámbitos geográficos inestables y variables en el tiempo. La delimitación del territorio implica el establecimiento de límites que marcan relaciones de exclusión e inclusión, de fronteras entre un adentro y un afuera. Los límites a veces pasan por la ocupación efectiva de un espacio o por las marcas que deja en él un pueblo. Así, el territorio es una pertenencia colectiva que, en ocasiones, puede dar lugar a tensiones o conflictos entre los que se consideran pertenecientes al territorio y los que son considerados ajenos.

Según esta perspectiva, son territorios los marcados por una actividad ilegal (por ejemplo, los espacios dominados por la guerrilla colombiana), los reclamados por los pueblos que reivindican un Estado (como los kurdos, obligados a exiliarse en otros países), la Unión Europea o los ámbitos geográficos que consideran suyos las hinchadas de fútbol en una ciudad.
Esta idea de territorio permite detectar una compleja trama de delimitaciones territoriales e, incluso, territorios vinculados por un problema específico y que no necesariamente se corresponden ámbitos geográficos contiguos; en África, por ejemplo, por el reparto colonial, el grupo étnico yoruba quedó dividido entre Nigeria, donde el idioma oficial es el inglés, y Benin, de habla francesa. Éste es un caso en el que un pueblo con la misma pertenencia étnica y cultural resultó repartido en dos Estados.
El territorio estatal es un ejemplo de territorio en el que los límites son precisos y de carácter jurídico: a lo largo de toda su extensión geográfica, el Estado ejerce la soberanía legítima.
Hoy, muchos pueblos con diferencias étnicas, lingüísticas y religiosas comparten la pertenencia a un mismo Estado. Las desiguales relaciones de poder entre las distintas comunidades o los diferentes pueblos en el marco de ese Estado definen quiénes constituyen las minorías nacionales y quiénes, la mayoría.
En otros términos, la dominación política permite a la mayoría ejercer una discriminación contra la minoría y adoptar una actitud que puede expresarse de diversos modos que van desde las representaciones caricaturescas hasta el exterminio.
Esta convivencia obligada por los vericuetos de la historia y la política suele no ser armónica. En consecuencia, surgen frecuentemente disputas territoriales o movimientos políticos que buscan obtener igualdad de condiciones en el marco del Estado o que , directamente, intentan la separación. En otros casos, la diversidad de los pueblos no impide la convivencia pacífica en el Estado, aunque éste privilegie a algunos grupos.
En síntesis: como, precisamente, la geografía política mundial actual se organiza en Estados nacionales con fronteras precisas, ciertas comunidades buscan que sus territorios alcancen autonomía y estatuto jurídico propios.



BRAILOVSKY, ANTONIO y FOGUELMAN, DINA  “Memoria verde. Historia ecológica de la Argentina”.  Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1998.- páginas 16-21

LAS RELACIONES SOCIEDAD- NATURALEZA

El Concepto de las relaciones sociedad-naturaleza surgió del análisis ambiental en América Latina, y no  por casualidad: se contrapone al concepto de relaciones hombre-naturaleza que durante gran parte de este siglo primó en los países desarrollados como forma de  diluir responsabilidades sobre consecuencias criticables del mal uso de la naturaleza y que sirvió, por ejemplo, para  atribuir la mayor parte de las culpas ambientales a la superpoblación, de preferencia la del Tercer Mundo. Hablar de sociedades implicar partir de la base de que no son los individuos quienes usan  la naturaleza, sino las sociedades que los agrupan, e involucra una evaluación crítica de las decisiones tomadas por quienes las manejan.
El concepto adquiere su más amplio sentido cuando se lo analiza como resultante de los estilos de desarrollo que han prevalecido históricamente. En otras palabras, la hipótesis que guía este trabajo y que se aplicará al análisis de numerosos ejemplos, es que los estilos de desarrollo elegidos o impuestos por los países de la región han determinado y se han expresado a  través de diversas formas de interacción sociedad-naturaleza.
Este trabajo se procura demostrar que las condiciones ambientales de un país están íntimamente vinculadas con el estilo de desarrollo y con las sucesivas fases de desarrollo por las que ese país atraviesa.

INFORME METODOLÓGICO

La mayor  parte de los estudios sobre el ambiente se centran en la descripción del estado actual de los procesos ambientales y en su representación geográfica. A menudo se habla de las condiciones del medio como resultantes de la actividad humana per se, sin una estricta vinculación con situaciones históricas concretas.
Pensamos sin embargo que los problemas del medio ambiente se vinculan con la forma en que una sociedad concreta utiliza su base natural, de qué manera  la emplea para satisfacer sus necesidades y por qué lo hace de esa manera particular.
Cada sociedad humana establece una relación diferente con la naturaleza: aprovecha distintas porciones y aptitudes de la naturaleza que, como vimos, se organiza en ecosistemas. Esas porciones de las que extrae un aprovechamiento económico actual o potencial se denominan recursos naturales.
Diferentes sociedades utilizan los recursos naturales de distinta manera: dan un uso productivo a unos, depredan otros, mantienen otros sin utilización.
El vínculo material entre unas y otros son las tecnologías, como conjuntos de conocimientos y habilidades aplicados a la explotación de los recursos. Su forma de uso depende del conocimiento tecnológico, pero se vincula también con aspectos económicos y de proyectos y modelos sociales y culturales. Aunque cueste creerlo,  para los conquistadores y colonizadores españoles la Ciudad de Buenos Aires estaba rodeada por un desierto que algunas crónicas califican de horribles: un espacio cubierto de pajonales, por el que podían caminarse 200 leguas sin ver un solo árbol, y que no cumplía ninguna función importante. Hoy llamamos a este desierto la Pampa Húmeda y es una de las bases principales de la economía nacional.
Cada organización social, entonces, tiene una relación diferente con la naturaleza. En consecuencia, son distintos los impactos de sus actividades sobre el medio y, por supuesto, también lo son las consecuencias ecológicas de estas actividades.
La complejidad de estas interrelaciones es aún hoy poco evaluada por la mayor la mayor parte de los desarrollos científicos. El avance de la especialización ha llevado a olvidar el carácter histórico de las relaciones entre sociedad y naturaleza.
Así, los especialistas han inventado una historia sin naturaleza y una ecología sin sociedad. En este libro las hemos unido, y estas interacciones  nos muestran un aspecto desconocido de nuestro propio país.
 Definiremos al ambiente como la resultante de interacciones entre sistemas ecológicos y socioeconómicos, susceptibles de provocar efectos sobre los seres vivientes y las actividades humanas.  Esta definición destaca especialmente el concepto  de sistemas, tal como se describieron al hablar de ecosistemas, y el de interacciones, ya que ninguno de los sistemas componentes es exclusivamente definitorio en la formación del medio ambiente.
El análisis de las relaciones sociedad –naturaleza que aquí  se presenta es concebido como una aproximación al análisis de sistemas complejos, con un enfoque diacrónico, en tanto incluye un estudio evolutivo de dichas relaciones.
Las características interdisciplinarias del enfoque plantean determinadas peculiaridades metodológicas, porque cada uno de los sistemas sintetiza, a su vez, interacciones inherentes a una amplia gama de especialidades de campo de las ciencias naturales y de las ciencias sociales.
Más concretamente, los componentes de esos sistemas y de sus interacciones que se consideran más importantes en la construcción del medio son:

En los sistemas ecológicos, la calidad (tipo, estabilidad, renovabilidad, etc.) y cantidad (efectiva y potencial) de los recursos naturales pasibles de explotación. Es decir, comenzamos inventariando qué recursos naturales tenemos para después analizar qué hacemos con ellos. Por ejemplo, cuando se construyeron las cloacas de Rosario se discutió si se las hacía terminar en el río o se les daba algún otro destino. Y la inmensidad del Paraná fue el argumento más concluyente: durante casi un siglo “Padre de las aguas” recibió, pacientemente, miles de toneladas de materias fecales que se ocupó de biodegradar  y devolver después a los cielos naturales. En este caso estamos hablando de recursos naturales que estaban antes de que la sociedad se constituyera. Pero en  ocasiones nos encontramos con recursos que son obra humana, como veremos ocurrió con el paisaje y el suelo pampeanos, que son el resultado del trabajo humano, tan artificiales como puede serlo una ciudad.

En los sistemas socioeconómicos, la estructura de relaciones establecidas entre los hombres  a efectos de la producción, a escala nacional e internacional. Un ejemplo significativo es el cultivo de cereales en la región pampeana. Plantado inútilmente por Belgrano, fue necesario que se modificaran las  relaciones sociales locales e internacionales,  para que esos ecosistemas fueran utilizados de esa manera durante el proyecto de la llamada Generación del 80.

En los nexos tecnológicos, el grado de desarrollo de las tecnologías productivas utilizadas y sus modalidades. La tecnología es el instrumento de apropiación y de transformación de los recursos naturales; cada tecnología tiene un impacto ambiental preciso. Es distinto que estemos inyectando en el ambiente pesticidas o detergentes biodegradables o materiales radioactivos. Del mismo, modo, efectuar rotaciones agrícola-ganaderas tiene efectos diferentes que no hacerlas. No se trata sólo de una contraposición entre tecnologías “antiguas” y “modernas”, sino de detectar la especialidad de incidencia de cada una de ellas sobre el ambiente. 

Las interacciones  dinámicas de estos tres componentes complejos determinan, en cada una de las fases de desarrollo del país:

Cierto modo de utilización de los recursos naturales renovables y no renovables, lo que implica cierto tipo de racionalidad económica y política en la utilización de esos recursos.

Cierto modo de la utilización del espacio nacional, rural y urbano, como reflejo de las relaciones productivas.

Ambos modos de utilización están interrelacionados. En el fondo son facetas de la misma cosa. El modelo basado en la explotación de plata del Potosí organiza el espacio a su manera, transforma el  país en un largo camino entre las vetas de plata y el puerto por el que el metal sale a la metrópoli.
Esta interrelación determina, en cada tiempo y espacio particular, ciertas condiciones de calidad de vida y determinadas formas de modificación del medio que constituye la base de los hábitat  humanos. Volviendo a nuestro último ejemplo, recordemos  que las condiciones  del ambiente laboral en las minas fueron tan duras que en Potosí murió tanta gente como en Auschwitz. También ese modelo influyó sobre el hábitat urbano: la fiebre de la plata creó un área metropolitana en el altiplano, con casi todos los problemas que caracterizan a las grandes  ciudades actuales.



domingo, 25 de noviembre de 2018



River, Boca y la cultura de la pedrada

LA VIOLENCIA ES UN MANDATO Por Pablo Alabarces 

No son animales disfrazados de hinchas: son hinchas. Ni siquiera inadaptados: son sujetos adaptados a lo que espera de ellos una cultura futbolística organizada en torno de la violencia como ética. La inutilidad de quienes no pueden garantizar ni siquiera un partido con hinchas locales, el tribunerismo de los ídolos, las interpretaciones paranoicas del periodismo: pero por suerte todo fue obra de un puñado de violentos. ¿No era de vida o muerte? ¿Qué esperaban? Escribe Pablo Alabarces.
No me queda inteligencia, ya devastada por cinco horas de periodismo deportivo mainstream y redes sociales ardientes de conspiraciones, más que para deshilvanar quince ideas. Si alguien quiere conectarlas, cambiar el orden, establecer relaciones, causas o consecuencias, está en su absoluta libertad de hacerlo.

1.Los hinchas de todos los equipos argentinos agreden al micro de los jugadores rivales.

Pasó en Boca con los de River. Pasó hace muchos años con el micro de un equipo boliviano que jugaba un partido de copa contra Gimnasia y Esgrima de La Plata, en el Bosque: hubo heridos, el partido no se suspendió, nadie se preocupó demasiado, apenas se trataba de bolivianos. Pasó con Tigre en San Pablo hace seis años (después, la policía paulista, cabeza a cabeza con cualquier policía brava argentina, amenazó con armas a los jugadores de Tigre en el vestuario).
Nadie se pregunta por qué: sencillamente, porque los hinchas, “empoderados” (como es tan frecuente decir ahora), están convencidos de que su participación es decisiva en el espectáculo futbolístico. Con su aliento, con sus banderas, con su fiesta, con su aguante, con su pasión, con sus insultos, con sus amenazas, con sus promesas de violaciones, con sus afirmaciones letales, con sus piedrazos. Después de todo, apedrear un micro es la forma más eficaz de garantizar la eficacia de esa intervención imaginaria en el resultado. O que deje de ser imaginaria.
Entonces: para llevar un micro con jugadores, casi sin custodia, al lugar donde lo esperan algunos miles de hinchas rivales, hay que ser un pelotudo, o funcionario público.

2.Lo único positivo es que esta vez todo ocurrió ante la atenta mirada de Gianni Infantino, el presidente de la FIFA.
Hay una esperanza, entonces: que la FIFA desafilie a la AFA y el fútbol argentino pueda entrar, así, en su definitiva y merecida extinción.

3. Hace tres años, apenas tres, escribí esto en esta misma revista luego de los infames sucesos del gas pimienta: “Ya sé que lo mínimo admisible es la pérdida del partido para Boca, la clausura del estadio por cinco años, el juzgamiento de todos los responsables del club por complicidad evidente y televisada. Pero permítanme una última provocación, para que el resto de los hinchas acepte que esta vez les toca a los de Boca pero podría ser cualquiera, que va a ser mañana o pasado. Mi fe en el fóbal y en el género humano retornaría si mañana los dirigentes de River y Boca, juntos y a la vez, acompañados por ese ser que funge de presidente de la AFA y de cuyo nombre no quiero acordarme, pidieran a la Conmebol que todos los equipos argentinos quedaran fuera de la Copa.”
Nada de eso ocurrió. Boca tuvo sólo dos fechas de suspensión del estadio, por mediación directa del entonces candidato presidencial Mauricio Macri con el entonces presidente de Paraguay e íntimo amigo del entonces presidente de la Conmebol. Al candidato Macri la sociedad argentina lo ascendió a presidente de la Nación, para que así pudiera entretenernos con sus declaraciones futboleras, tales como calificar de “culón” a Marcelo Gallardo pocos días antes de la final.
Entonces: este partido no debía jugarse, pero porque la Conmebol debió haber suspendido en 2015 a todos los equipos argentinos por cinco años, y a Boca por diez. Esa fue la sanción al fútbol inglés y al Liverpool, respectivamente, en 1984, después de la masacre de Heysel. Faltaron los 39 muertos, posiblemente; quizás, sólo estamos esperando a que lleguen.

4.Hace apenas dos semanas, el ministro de (in)Seguridad porteño, Martín Ocampo, aceptó que su gobierno no puede garantizar la seguridad para que en un estadio coincidan hinchas locales y visitantes. Fue en un programa de televisión, Código Político; estaba en el estudio, y cuando Van der Kooy me entrevistó dije, más o menos, esto: este tipo es un inútil que acaba de confesar que el estado democrático renuncia a hacer coincidir en tiempo y espacio a dos personas que tengan simpatías futbolísticas diferentes. Dos semanas después, el estado demostró que no puede siquiera garantizar la seguridad sólo con los locales. Ocampo fue puesto en su cargo por indicación directa de Daniel Angelici, el presidente de Boca. Es el responsable de ese maravilloso operativo por el que la cana llevó al micro con los jugadores de Boca a pasar por el medio de algunos miles de hinchas de River. Un genio inmarcesible.

 5.“La final del mundo”.

Hace pocos días, el amigo Alejandro Wall interrogaba a colegas de distintas partes del mundo: todos contestaban que el partido le importaba un bledo a nadie fuera de estos pagos. Pero se tituló “la final del mundo”, “el partido del siglo”, “no hay mañana”, “a vencer o morir”, “de vida o muerte”. Luego de todo ese despilfarro de metáforas y adjetivos, los periodistas hoy se preguntaron por qué “la gente” está tan loca que es capaz de apedrear el micro de los jugadores rivales. Mirá vos, no se me ocurre por qué: ¿no es que era de vida o muerte?
6.Veinte años diciendo lo mismo.
Puedo citarme los próximos diez mil caracteres. Por ejemplo, esto, también de hace tres años en esta revista: “Lo bueno es que esta vez fue en un Boca-River mirado por algunos millones de espectadores. Si todo esto pasaba en un Newell’s-Central –y no digo un Defensores-Excursionistas–, Anfibia no me pedía esta nota. Les digo más: hace pocos meses, después del clásico rosarino, mataron dos hinchas por las calles. Al fútbol, a los hinchas y al periodismo argentino, perdonen la franqueza, le chupó soberanamente un huevo”.
Hace tres semanas, Newell’s y Central jugaron un clásico fuera de la provincia y a puertas cerradas. Fue titular en las secciones deportivas, por un día. Hace cuatro días ocurrieron los incidentes de All Boys- Atlanta: las “explicaciones” volvieron a ser las de siempre, las que hablan de barras bravas, violentos, animales, barbarie. Otro intérprete del periodismo deportivo, Gustavo Grabia, salió a “explicar” argumentando con la peligrosidad extrema de la barra del Albo, vinculada con De Elía, Hezbollah y el narcotráfico local. Nadie salió a recordar lo obvio: que la nuestra es una cultura futbolística donde vengar el honor mancillado por una derrota –de local, contra un rival clásico, y para colmo esos judíos putos– es un mandato, no una opción. Mis propios informantes hablan de dos cosas: cánticos antisemitas durante el partido, que sin embargo no llevaron a la suspensión, como exige el reglamento; y que los periodistas partidarios locales eran algunos de los más exaltados en los insultos contra los pobres dirigentes, periodistas y familiares del Bohemio –Grabia explicaría esto alegando que los periodistas partidarios del Albo son barras bravas contratados por Hamas y la vieja y querida OLP. Para no hablar del orgullo local, florestense, de ver a la policía, ese hato de inútiles, corriendo por las calles del barrio para huir de la hinchada local, retrocediendo con los móviles y chocando entre sí –para no recordar la vieja tirria del barrio con la comisaría 43°, luego de los crímenes de los tres chicos en 2001, cuando el barrio casi copa el local policial.
Los hinchas de All Boys no ven, en todo esto último, sino motivos de orgullo. Han demostrado un aguante superior a sus expectativas: el respeto de las hinchadas rivales va a crecer desmesuradamente. Como se ve, no hay ni rastros de disputa de poder interno en la barra ni peleas por fondos clandestinos ni negociaciones por zonas de narcomenudeo: hay puro y vulgar honor futbolero, fundado y alimentado por una cultura futbolística organizada por estas claves.
Pero Grabia está diciendo, a esta misma hora: “los animales disfrazados de hinchas”. No, Gustavo, seguís sin entender nada. Son hinchas. Punto.

7. Carlos Tévez hace rato que dejó de ser “el jugador del pueblo” –clásica fantasía hiperbólica del pésimo periodismo deportivo– para ser sólo un tontito, pero con micrófono abierto. Lo de hoy fue definitivamente descalificador: abona las hipótesis conspirativas, alegando complicidad entre la Conmebol y River.

 No puede ver más allá de su tribunerismo; no puede ver que alimentar las paranoias, en una cultura futbolística organizada por las paranoias, es apenas tirar nafta a un fuego ya de por sí bien alimentado. Moraleja: la mayoría de los jugadores son tan responsables de todo lo que ocurre en el fóbal como Macri, Tapia, Di Zeo, el Caverna Godoy y el cocacolero del estadio de Berazategui.

8. Alimentar paranoias.


Toda la semana se tejieron hipótesis de ese tenor, respecto de alguna preferencia conmebolística por Boca indicada por la elección de un juez de línea con alguna trayectoria sinuosa. Hoy se desparramaron las contrarias, a partir de la irresponsable doctrina Tévez-Benedetto: que les den la Copa sin jugar, total, River hace lo que quiere. Hace un par de horas me llegó una tercera: una emboscada organizada por los Borrachos del Tablón como venganza por el encarcelamiento del Caverna, su líder, y el secuestro de las entradas de la barra. Ahora me llega una cuarta: que la policía lleva el micro a la emboscada adrede, para forzar suspensión y quita de puntos.
El problema de las interpretaciones paranoicas futboleras es que son el principio estructurador de la cultura futbolística. El problema de las interpretaciones paranoicas futboleras es que son todas increíbles. El problema de las interpretaciones paranoicas futboleras es que en la Argentina son todas posibles.

9.El fútbol refleja la sociedad: un punto en contra de la sociología contemporánea.

El fútbol refleja apenas al fútbol, con holgura y precisión. Básicamente, la demolición de ese lugar común estaría dado por la obviedad de que una cultura aún tan cerradamente masculina no puede “reflejar” a una sociedad donde la mayoría de la “gente” no es varón. Por supuesto, la metáfora del reflejo la suelen repetir señores con pito. “Explicar” con ese argumento permite descargar culpas, pero no explica nada –ni mucho menos lo soluciona.
La explicación la hemos desplegado durante veinte años, la han financiado las instituciones científicas argentinas, la han expandido una decena de colegas a lo largo y lo ancho de la república. Todo este trabajo se esfuma, se vuelve inútil, cada vez que los conversadores de TyC Sports o Fox abren la boca.

10.A esta altura, quizás sea necesario recordar que toda la responsabilidad de todo lo que ha pasado recae sobre autoridades políticas de una inutilidad extrema cuyos salarios multiplican los nuestros como investigadores del CONICET, y que con su analfabetismo funcional, soberbia política, ignorancia supina de lo que el mismo Estado ha producido como conocimiento científico e incapacidad de gestión de la cosa pública, han causado 16 muertos en menos de tres años.
A esta altura, quizás sea necesario recordar que la responsabilidad la comparten funcionarios políticos de todas las gestiones democráticas desde 1983 a la fecha. Que la gestión pasada, por las dudas que alguien no lo recuerde, carga con 96 muertos en doce años.

11.Definición de inadaptados: sujetos minuciosamente adaptados a lo que espera de ellos una cultura futbolística organizada en torno de la violencia como ética.
Definición de pelotudos (del griego: alienados): sujetos que no pueden despegarse de esa cultura futbolística, incapaces de entender que un piedrazo o el uso de gas pimienta en una manga puede acarrear pérdida de puntos y de partidos. Sujetos que, a la vez, saben perfectamente que esa cultura exige de ellos lo mismo que debieran evitar; y que también saben que las sanciones existen sólo para equipos chicos.
Definición de paradoja: releer las dos anteriores definiciones, juntas.

12.Soluciones, versión uno: suspender el fútbol argentino masculino por un año, en todas sus categorías. Intervenir todos los clubes y la AFA: designar mujeres en todos los puestos. Ponerse a laburar.
Soluciones, versión dos: suspender el fútbol argentino masculino por un año, quedarse mirando el techo, repetir varias veces “somos todos responsables”, acortar la suspensión como gesto de buena voluntad, contar los cadáveres al día siguiente.

 Soluciones, versión tres, la que va a ocurrir este lunes: invitar a Florencia Arietto, Gustavo Grabia, Mariano Closs, Juan Manuel Lugones y Martín Ocampo a un estudio de TN, conducidos por Marcelo Bonelli, y jurar investigar hasta las últimas consecuencias lo ocurrido para sancionar debidamente a los responsables, echar a las lacras de las barras del fútbol argentino y de la faz de la tierra y que así vuelva la familia a los estadios. Paso previo: encontrar familias argentinas yendo a los estadios en los últimos cien años. Seguir contando los cadáveres.

13.El partido, claramente, no se podía jugar.

La insistencia de la CONMEBOL y la FIFA sólo puede entenderse en la línea que decidió jugar Juventus-Liverpool el 29 de mayo de 1985 en Heysel, después de 39 muertos. ¿Tontitos, dijimos? ¿Irresponsables? ¿Tipos capaces de sacrificar a la madre por algún derecho televisivo?
14.Pero todo esto es una gigantesca cortina de humo para ocultar la corrupción K y el fracaso del gobierno de Macri.
15.La nota de hace tres años terminaba así: “Y que los hinchas de River, Boca y Racing [y San Lorenzo e Independiente y Vélez y All Boys y Atlanta y Comunicaciones] estuvieran todos de acuerdo, se miraran fraternalmente a los ojos, se digan mutuamente ‘así no va más’ y fueran a tomar la AFA para que se vayan todos/que no quede/ni uno solo”.

miércoles, 18 de abril de 2018


EES Nro 3

2do A
GEOGRAFÍA
19/04/18

Trabajo práctico: Los planisferios



La Tierra no es como la pintan   Autor CARLOS DAGUER        VERSIÓN ADAPTADA

Veintiséis años de debate por mapa de cuatro siglos

Desde hace más de cuatro siglos, el mapamundi con que se ha enseñado geografía muestra a Norteamérica y Europa más grandes de lo que son. Pero la realidad es otra: África es 30 por ciento más grande que Norteamérica y Colombia es el doble de España. Incluso, en una clase de geografía básica Groenlandia es más grande que la India, cuando este país tiene un millón de kilómetros cuadrados más.

El mapamundi con el que se ha enseñado la geografía tradicional se proyectó en el siglo XVI. En éste ha estudiado geografía la mayoría de los niños en el mundo, y aun para estos días sigue siendo el más popular. La preocupación por el tema tiene más de dos siglos, pero la obsesión comenzó hace 26 años y todavía los interesados pelean.

En efecto, en 1974 el historiador alemán Arno Peters, un apasionado del Tercer Mundo, denunció los dejos colonialistas que han tenido los mapas durante más de cuatro siglos. Por expresarlo con un nuevo mapa del mundo, se convirtió en un hereje, no de la religión, sino de la cartografía.

Peters pintó la Tierra de una manera distinta y -si cabe mencionar la intención- más justa. Tradicionalmente, la imagen que se tiene del mundo es un planisferio hecho en 1569 por el cartógrafo flamenco Gérard de Cremer, mejor recordado como Mercator. Este muestra descomunales los países del Norte del globo y, en contraste, pequeños los del Sur.

Sobre un plano, es imposible representar con exactitud un planeta redondo. Sería como aplanar una naranja y esperar que muestre todas sus caras sin que la superficie se rasgue.

SACRIFICARON PROPORCIONES REALES

De alguna manera, la necesidad de pintar la Tierra sobre una superficie plana forzó a Mercator a 'aplastar la naranja'. La consecuencia fue que hacia los polos -donde las rasgaduras habrían quedado más amplias- se 'estiraron' las superficies. En pocas palabras, en nombre del aplanamiento se sacrificaron las proporciones reales.

Mercator no hizo su planisferio para enseñar a los estudiantes, sino para orientar a los marineros. Sin embargo, su proyección -u otras basadas en esta- terminó decorando las paredes de las aulas prácticamente en todo el mundo.

Hace dos años, el investigador Thomas Saarinen, en un trabajo para la National Geographic, analizó 3.800 mapamundis pintados de memoria por niños de 49 países. Casi la totalidad tenía en su mente la proyección de Mercator.

Algunas versiones de este mapa aclaran en letra menuda que las áreas no guardan las proporciones, pero la imagen que queda en la retina es que el Norte es más grande. Y esa misma imagen dice que el Hemisferio Sur, la otra mitad del mundo, es dos veces más pequeño que su homólogo norteño.

Si a esto se suma que entre los siglos XV y XVI se adoptó la convención de pintar arriba el Norte de los mapamundis, la imagen que queda es que definitivamente esa parte es la más importante.

MODELO IDEOLÓGICO

El polémico planisferio del alemán Arno Peters no tuvo la intención de orientar a los marineros, sino de poner las cosas en sus justas proporciones. Situó la línea del Ecuador en el centro y, para respetar las dimensiones, en la cuadrícula redujo las distancias entre los paralelos a medida que se acercan a los polos. Las consecuencias fueron que el Norte se hiciera menos grande y que se sacrificaran las formas en nombre del respeto a las áreas. Según el cartógrafo Arthur Robinson, un furibundo crítico de esta proyección, el mapa de Peters es como "un calzoncillo largo, mojado y andrajoso colgado del Círculo Ártico".

Por ejemplo, allí Colombia aparece más alargada. No obstante, este mapa revela que su territorio, de 1,1 millón de kilómetros cuadrados, es tan amplio como Escandinavia (Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca), que se ve tres veces más grande en la proyección de Mercator. O, por ejemplo,

Groenlandia, cuya dimensión se cree que es como la de África, se ve en sus correctas proporciones: no más grande que México.

No fue por estas razones -demostradas en la realidad y aceptadas por la cartografía- que el mapa de Peters ha sido criticado, aun cuando goza del respaldo de las Naciones Unidas, el Consejo Mundial de Iglesias y otras instituciones.

En el fondo, aparte de las singulares formas que toman algunos países, lo que disgusta es su abierta carga ideológica. En 1885, el reverendo escocés James Gall hizo un mapa similar que pasó casi inadvertido.

LA INIQUIDAD DE LA GLOBALIZACIÓN

La diferencia es que el de Arno Peters puso la ideología en la agenda de la cartografía. De hecho, en la última década este historiador se ha dedicado, entre otras cosas, a denunciar la inequidad de la globalización. Por eso el debate sigue vivo. Aunque existen otras proyecciones distintas a la suya y a la de Mercator -incluso más científicas- su planisferio hoy despierta pasiones más políticas que geográficas.

El suyo se considera un mapa no racista en cuanto busca recordar que al sur de Norteamérica, Europa y Rusia está la mayor cantidad de países, habitantes y territorios de la Tierra. Además, es una crítica a la visión colonialista del mundo que, según su autor, pudo acabarse en la realidad, pero no en la cartografía.

Cuando lo hizo, Peters estaba preparando un atlas histórico. "Mi historia del mundo -decía- trae al recuerdo gente del Tercer Mundo (de Egipto, Mesopotamia, China, India) como creadores de la cultura de la humanidad. Yo no podía usar un mapa como el de Mercator, que muestra los países de esta gente en un tamaño demasiado pequeño para su importancia histórica".

De seguro, para las próximas generaciones, tanto la proyección de Mercator como la de Peters serán anécdotas en la historia de la cartografía. Pero la lección se habrá aprendido: a los mapas también hay que leerlos entre líneas.


Lío irresoluble

Nadie ha encontrado la fórmula del mapamundi perfecto. La única representación fiel es el globo. Aparte de la de Arno Peters, se han planteado varias fórmulas para resolver el problema áreas versus formas.

Las proyecciones de Karl B. Mollweide, de 1805, y de Max Eckert, hacia 1920, pintan la Tierra como un huevo acostado. La propuesta reduce las distorsiones en los polos. En 1921, Paul Goode hizo una versión que parece una naranja pelada y que logra distorsiones menores.

En el último siglo, la National Geographic Society ha utilizado tres proyecciones (Van der Grinten, Arthur H. Robinson y Oswald Winkel), en las que la Tierra aparece como una elipse.

Aunque evitan las distorsiones, conservan el problema de las proporciones erradas. Es decir, intentan resolver salomónicamente el problema: procuran respetar a la vez las formas y las áreas, pero siempre alguna en detrimento de la otra.

EES Nro 3
2do A
GEOGRAFÍA
19/04/18

Trabajo práctico: Los planisferios

TP de a dos o individual
Artículo periodístico
-Daguer, Carlos “La tierra no es cómo la pintan 

FECHA ÚNICA DE ENTREGA: jueves 03/05/18

ACTIVIDADES


1) Hacer el vocabulario buscando  en el diccionario todas las palabras que desconozcan su significado. Anotarlas en el TP, teniendo en cuenta de incluir el significado que tenga relación con  el sentido en el que se las menciona en el artículo periodístico.

2) Nombrar dos ventajas y dos desventajas de cada uno de los planisferios, Mercator y Peters.

  3) Hacer un cuadro comparativo donde señalen semejanzas y diferencias entre los planisferios   de Mercator y de Peters, siguiendo este modelo

PLANISFERIOS
SEMEJANZAS
MERCATOR
DIFERENCIAS
PETERS
Buscaron representar el mundo
Creó su mapa en el año 1569
Creó su mapa en el año 1974

Profesión:  Cartógrafo
Profesión: Historiador