domingo, 2 de noviembre de 2008

Orientación vocacional y demanda laboral

En www.perfil.com.ar 27/07/08

Ingenieros se necesitan

Se eligen carreras con poca salida laboral


Mientras Abogacía, Medicina, Psicología y Contador Público siguen acaparando las preferencias de los estudiantes, las carreras tecnológicas tienen un déficit cada vez mayor. Paradójicamente, son las de mayor demanda laboral y las mejor pagas, mientras el futuro de las tradicionales no es alentador debido a la sobreoferta. Para 2010, según estudios, faltarán unos 6 mil ingenieros. El mayor problema se encuentra en las áreas de tecnología de la información, donde se reciben 3.700 profesionales al año. El mercado requiere más del doble. La guerra de las consultoras para captar cerebros.

Por Brenda Focas

Los estudiantes argentinos no eligen las profesiones que el mercado más necesita. Según datos de la Universidad de Buenos Aires, las carreras con más ingresantes en el CBC siguen siendo las tradicionales, como Medicina, Abogacía, Psicología, Contador y Administración y, lejos, se ubican las relacionadas a la ingeniería y la tecnología, que son las que más demanda laboral tienen y, a la vez, las que más deserción detentan: sólo se reciben unos 3.000 ingenieros al año.

Prejuicios culturales, un desprecio internalizado desde la infancia hacia las ciencias exactas y el prestigio histórico de las carreras tradicionales conspiran para que los profesionales especializados en áreas técnicas brillen por su ausencia. “Si bien Administración de Empresas y Marketing tienen buenas perspectivas de trabajo, los egresados son utilizados con fines diferentes a los específicos de su especialidad. Los más solicitados y con mayor escasez de personal son los ingenieros civiles e industriales, además de los del área de sistemas”, explica Walter Montes, gerente general de PYN Consultores, dedicada a la selección de personal, y agrega que “una parte importante de los estudiantes se orienta a carreras de moda relacionadas con el entretenimiento y los servicios, como Hotelería, en todas sus variantes, Gastronomía y las diversas carreras de Diseño”.

Elegidos. Las vedettes del mercado laboral son los ingenieros en sistemas: las empresas buscan tentarlos ofreciéndoles duplicar su salario y, sin pruritos, los “roban” de otras empresas. Según datos de la consultora Adecco, el déficit en el área informática es acuciante. En 2006 este sector empleaba 40.000 personas en Argentina, mientras que el año pasado la cifra creció a 45.000, y aun así faltaron cubrir 2.500 puestos. “Si sigue la tendencia, en menos de diez años vamos a tener que importar ingenieros”, advierte Roberto Nolazco, coordinador de Asuntos Estudiantiles de la UCA. Los números de varios especialistas parecen respaldarlo.

“Para 2010, el faltante estimado de personal especializado en IT será de 6.100 personas”, señala Florencia Caccavo, directora de Selección-Consulting de Adecco. Por su parte, Miguel Angel Calello, presidente de CESSI (Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos), agrega que “hay alrededor de 3.700 egresados por año, y habría que llevarlo al doble”. Además, el panorama se agrava porque muchos egresados se van a trabajar al exterior, donde reciben mejores condiciones salariales. “Creo que están mal diseñadas las especialidades y a los chicos se les hace muy pesado. En la UTN están trabajando para revertir esto porque puede ser muy pernicioso para el país”, explica el ingeniero Marcelo Sobrevila.

Tal es la falta de estos perfiles profesionales, que las empresas recurren a métodos extremos para contar con ellos. Muchas desarrollan programas para jóvenes profesionales que reclutan a los estudiantes mientras cursan su carrera. Otras, directamente recorren empresas rivales para tentar talentos. Saulo Gil tiene 27 años y desde los 20 está trabajando en el área de sistemas, aunque todavía no terminó Ingeniería en Sistemas de la Información en la UADE. “Me llegan propuestas todo el tiempo, llegué a Ten Roses (donde trabaja hoy) después de que me llamaran varias veces y me mejoraran mucho el sueldo”, relata.


Futuro desempleo. “El problema es que el educativo es un mercado en sí, que busca atraer con valores distintos al del mundo del trabajo”, sostiene Juan Antonio Lázara, titular de la editorial que publica la Guía del Estudiante : “Hacen carreras pensando en el deseo del estudiante y no en el mercado laboral, lo que a largo plazo creará un grave desequilibrio”. Desde las cámaras empresariales y el Estado se está buscando revertir este desfasaje con programas de becas y charlas de promoción en colegios secundarios.

“Argentina tiene una oportunidad estratégica para desarrollar y proveer software y servicios, pero choca con desconocimiento y mitos que vuelven poco atractivo capacitarse para participar de esta industria. Muchos jóvenes desconocen los beneficios de la actividad que, además de tener remuneraciones altas, es creativa, dinámica y moderna”, se lamenta Calello.


El 85% de los adolescentes no saben qué hacer cuando terminan el secundario

El dilema es qué estudiar después

Según una encuesta realizada sobre 30 mil alumnos de quinto año, el 50% de los consultados no tiene “ni idea” de qué carrera seguir y el 35% “no se decide”. Sólo el 15% asegura que “la tiene clara”. Opinan especialistas y chicos. 24.09.2008 En www.critica.com.ar

Una encuesta realizada por el sitio web quevasaestudiar.com y por los organizadores de la muestra Expo Universidad 2008, que comienza hoy, asegura que más de la mitad de los egresados del secundario no sabe qué carrera elegir. Después del viaje a Bariloche, los flamantes egresados –apenas mayores de edad– se enfrentan a una elección que los desconcierta. La pregunta es: ¿Qué estudiar? Y la respuesta representa tal magnitud que, según el estudio, los jóvenes no saben hacia dónde salir corriendo. Una duda de casi todos los tiempos. Las 30 mil visitas que en 30 días tuvo la página web fueron concluyentes: el 50% de los adolescentes no tienen “ni idea” de qué carrera seguir, el 35% no se decide y el 15% “la tiene clara”. En el momento de responder sobre su desconcierto, la mayoría asegura que quiere seguir estudiando, pero que no sabe qué. A partir de ahí las opiniones se diversifican: “No conozco todas las carreras”, “Hay demasiadas”, “Me gustan muy pocas”, “Ninguna me convence”... Aunque aclara que “no hay que generalizar”, Alicia Cibeira –directora del Departamento de Orientación Vocacional del CBC– dice que “muchos chicos no se dan el tiempo necesario para pensar en sus capacidades y deseos, ni para buscar toda la información necesaria. Hoy los campos laborales son móviles y complejos: un biólogo puede trabajar en medicina o un licenciado en Historia puede ser un experto en turismo histórico”. Alexis Genuth, organizador de la muestra, coincide con el diagnóstico: “No hay información sobre las características de las carreras en el mundo real”. Ayelén Caro todavía está en cuarto año, pero ya mira con desconfianza el escenario laboral: “La mayoría de mis compañeros sabe que va a ir a la universidad, pero no sabe qué elegir. Yo creo que no muchos van a conseguir trabajo de lo que les gusta. Los paleontólogos van a poder investigar, pero no va a haber trabajo para todos. ¿Los que se reciban de astrónomos van a ir a la NASA?”, se pregunta con desconfianza. Ayelén está pensando en seguir una de las carreras que explotaron en los últimos años, Diseño de Indumentaria.Para Cibeira, además, la decisión está influida por factores más generales: “La elección suele estar circunscripta a movimientos familiares o socioculturales, no a una dirección estratégica del país”. Hay casos en los que el marco de la elección parece casi predeterminado: Tamar Mozian sabía desde primer año que iba a estudiar Periodismo, Comunicación o Publicidad. “Viene por una cuestión familiar, mi mamá es agente de prensa y trabajó como periodista.
A los 13 años le hice una entrevista a David Nalbandian para un diario de la comunidad armenia, seguí colaborando ahí y ahora trabajo para una radio de Uruguay.” Sus compañeros de la Escuela Argentina Modelo no tienen las cosas tan claras: “De sesenta alumnos en los tres cursos, sólo tres o cuatro van a seguir Medicina, y pocos eligieron carreras tradicionales”.La reciente aparición de licenciaturas como Producción de Bioimágenes o Composición con Medios Electroacústicos no parece opacar la preferencia por las carreras clásicas. El Ministerio de Educación detalla que este año Arquitectura y Diseño fueron las carreras de ciencias aplicadas más elegidas en el ámbito privado, mientras que en el público se destacaron las ingenierías. En las ciencias básicas ganó Biología, y en las sociales, Economía y Administración. Cualquiera sea la elección final, como señaló la especialista Virginia Tarsitano en un artículo del sitio Universia, “no fracasa en su decisión quien puede llegar a cambiar de opinión; sino el que se inscribe en una carrera sin madurar alguna idea que le permita asumirse como protagonista de su propia vida”.

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