En www.elargentino.com
Informe especial
Los hijos de Ernestina y la Justicia
16-08-2009 / José Pirillo contará ante el juez lo que dice saber acerca de la apropiación presunta. El ex empresario presentó un escrito ante Bergesio el 3 de julio, en el que afirma que fue Héctor Magnetto (CEO del Grupo Clarín) quien personalmente hizo las gestiones para que el dictador “Videla le consiguiera los chicos”.
por RUBÉN PEREYRA
Editor de Política de BAE
Esta semana tendrá lugar una audiencia que en cualquier otro país sería tapa de todos los diarios. Acá pasará seguramente inadvertida para el gran público, porque el diario de mayor tirada, uno de los canales de noticias más importantes y un canal de aire líder en audiencia se encargarán de no informarla, o sea, de desinformar.
Este miércoles 19 declarará ante el juez Conrado Bergesio, juez federal de San Isidro, el ex dueño del diario La Razón, José Pirillo, quien hace unos meses recurrió a Abuelas de Plaza de Mayo para decir que tenía información sobre Marcela y Felipe, los hijos de Ernestina Herrera de Noble.
En Abuelas le recomendaron a Pirillo que lo que tuviera que contar lo hiciera en la Justicia. El ex empresario, entonces, presentó un escrito ante Bergesio el 3 de julio, en el que afirma que fue Héctor Magnetto (CEO del Grupo Clarín) quien personalmente hizo las gestiones para que el dictador “Videla le consiguiera los chicos”.
Cabe recordar que tanto Pirillo (La Razón) como Magnetto (Clarín) integraban junto con La Nación y el Estado el directorio de Papel Prensa. Fue en el año ’85 que Magnetto le pidió a Pirillo que bajara el tono de los artículos periodísticos que en La Razón hablaban de derechos humanos, desaparecidos e hijos apropiados. Y fue en esa ocasión que le habría manifestado que él personalmente hizo las gestiones ante la dictadura para que dos chicos apropiados fueran a parar y a crecer en la casa de una de las personas más influyentes del país.
Cuentan los periodistas que pasaron por la redacción de Clarín en los años ’80 que todas las informaciones que tenían que ver con esa temática eran supervisadas especialmente por Joaquín Morales Solá, en ese entonces uno de los hombres más importantes en la dirección periodística del matutino.
Precisamente fue Morales Solá quien, en ocasión de la detención de Ernestina Herrera de Noble, el 19 de diciembre de 2002, editorializó en La Nación: “Una noche fría de ese tiempo ingrato, la directora de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, nos sorprendió con el relato de la adopción de sus hijos. Había también lágrimas, muchas lágrimas, en sus ojos, pero correspondían a las emociones que despierta la alegría. (…) Más de 25 años después, la señora de Noble sigue llorando por esos hijos. Su detención dispara una primera injusticia: una madre no debería ser detenida sólo por serlo”. Hay lealtades que no cambian. Alcanza con estar, siempre, contra la verdad.
La historia de la adopción que cuenta Morales Solá es, en realidad, una historia cargada de inexactitudes que bien relata el periodista Pablo Llonto en su libro La Noble Ernestina. Partidas adulteradas, fechas cambiadas, números que no concuerdan, toda una serie de inexactitudes que llevaron a Marquevich a procesar a la viuda de Noble por falsificación de la adopción de sus hijos Marcela y Felipe. Llonto es, además, el abogado que representa a la familia Lanuscou-Miranda, que sospecha que Marcela puede ser, en realidad, hija de militantes montoneros muertos por el Ejército en un operativo que la prensa de la época informó así: “Mueren cinco subversivos en un operativo antisubversivo”. Los “cinco subversivos” eran Lanuscou, Miranda y sus tres hijos de 6 y 4 años, y seis meses. La menor era Matilde. Se sospecha que ella podría ser Marcela.
Lo que cuenta Ernestina Herrera respecto de la adopción es la siguiente: se encontró a la nena en el jardín de su casa, se la quedó, siete días después fue al juzgado a decir que quería adoptarla. Justo en el juzgado había otra madre que quería dar en adopción a su bebé porque no podía mantenerlo. La historia es tan inverosímil como las pruebas que aportó para probarlo: un jardinero que habría visto la caja en que estaba la nena que resultó ser chofer del diario y una madre cuya identidad no pudo probarse (se recuerda que el trámite se hizo en la Justicia) y de quien se aporta un DNI que en realidad pertenece a un hombre.
Tras el fallo de la Corte Suprema conocido esta semana, la justicia podría ordenar allanamientos que, sin llegar a la extracción compulsiva de sangre, puedan identificar el ADN, como cabellos y cepillos de dientes. Bergesio podría ordenar estos allanamientos en el hogar de la Noble. Claro que exponiéndose al ataque furibundo del multimedios. Lo que se busca desde Abuelas de Plaza de Mayo es que se haga la extracción de sangre y se coteje con el banco de datos genéticos, no sólo con las de las dos familias que hoy sospechan que Marcela y Felipe podrían ser hijos de desaparecidos como pretende la viuda de Noble. Pero antes de todo eso, Bergesio deberá tomar declaración a Pirillo. Y hasta podría ordenar, como pide Abuelas de Plaza de Mayo, un careo entre Magnetto y Pirillo, cuyo resultado podría complicar al CEO de Clarín, que ya declaró en la Justicia que no sabía nada del tema. Pirillo tampoco quiere complicaciones y dice que ahora cuenta su verdad por una simple razón: “No quiero terminar como Julio López”.
martes, 25 de agosto de 2009
domingo, 23 de agosto de 2009
El fallo sobre Cromagnon
En www.pagina12.com.ar Sábado, 22 de agosto de 2009
OPINION Papelitos y ratas Por Eduardo Fabregat efabregat@pagina12.com.ar
Las ratas que estafan
y zafan son muchas.
Y son las que bendicen
sus miserias al final.
(“Morir”, Ca$hejeros, 2003)
Qué insulto a más de cuatro décadas de rock argentino, qué zapateo irrespetuoso sobre las tumbas de Luca, de Miguel, de Federico, de Pappo Napolitano. Cuánta desidia, cuánta soberbia, cuánta traición. Olvidemos por un rato –si es posible– las instancias judiciales, el desfile de testigos, el dolor cayendo gota a gota durante casi cinco años transcurridos, durante un año de proceso. Vayamos al otro hueso, vayamos a la cuestión que atormenta a los que saben cuánto costó salir adelante en nuestro Vietnam, hecho de saliva y sangre. Quienes aman el rock argentino hecho con pasión, con talento, con dignidad y honestidad, contra viento y marea, con las mejores intenciones, esta semana se han tragado uno de los batracios más intolerables de la historia que arrancaron Moris, Nebbia, Almendra, Manal y otros que no medían bengalas ni banderas, sino acordes y armonías vocales, poéticas sensibles y fuegos creativos.
(Para el desprevenido que aún no se haya percatado, una advertencia: esta columna es hija de la indignación. Si usted anda buscando moderaciones, si cree que los músicos de Ca$hejeros son realmente inocentes, vaya dando vuelta la página. Este periodista, que desde el día de la tragedia viene publicando argumentaciones basadas en su conocimiento y el de sus fuentes, que ha tratado de razonar en público y poner todas las cartas sobre la mesa, anda con los cables pelados, le saltó la térmica. La cara de piedra de Fontanet ya es una afrenta que no puede tolerar.)
Lo dictaminó el Tribunal Oral 24: la obediencia debida llegó al rock. Diego Argañaraz se convirtió en Jorge Rafael Videla, y Patricio Fontanet, Eduardo Vázquez, Maximiliano Djerfy, Juan Carbone, Cristian Torrejón y Elio Delgado pasaron a ser los simples miliquitos que sólo cumplían órdenes, no sabían nada, no escuchaban nada, no decían nada, sólo se subían a tocar, son tan víctimas como los padres devastados por la muerte que recibieron en la cabeza una celebratoria lluvia de papelitos –cortesía de Los Invisibles, El Fondo No Fisura, La Familia Piojosa–, y el dedo medio de la señora Susana cagándose en ellos y en su dolor, gozando la revancha.
Dan asco
La estrategia dio excelentes resultados: el Pato criollo y sus compañeros se dieron cuenta rápidamente de que había que abrirse del manager, largarlo duro, hacerse los boludos y mirar para el costado mientras engrampaban al amigo por las decisiones que tomaron todos, por las irresponsabilidades que cometieron todos, por la contribución colectiva a casi doscientas muertes. El que avisa no es traidor, podrá decirse: el día en que se separaron las representaciones, cuando los músicos contrataron a su abogado y dejaron que Argañaraz se arreglara con el suyo, la suerte del manager quedó sellada. Lo dejaron solo. Está claro que a nadie le gusta ir en cana, pero la actitud dice unas cuantas cosas sobre la catadura moral de los reyes del aguante. El aguante se termina donde empieza el cagazo. Se viene a descubrir que el código de la calle incluye la cobardía.
El fallo no hizo más que confirmar todo lo que este diario viene denunciando desde el 2 de enero de 2005. Nada de lo que se escribió aquí es mentira. Pero los papeles hacen que sólo uno de los integrantes del grupo pague los platos rotos.
Afuera los pibes festejaban. En los foros donde campea el sentimiento de Copa Intercontinental ganada sobre la hora, se justifican diciendo que si hubiera sido al revés las imágenes de festejo habrían sido de los familiares de víctimas. La excusa, tan endeble como la de “eeeh, loco, bengalas prendían todos”, se desmorona con una simple observación del momento de la lectura del fallo: cuando el juez Alveró anunció las condenas a Chabán, Díaz y Argañaraz, los familiares no festejaban. Lloraban. Es lo poco que Cromañón les ha dejado. Los fans pueden ir a Olavarría a disfrutar a Fontanet haciéndose el vivo arriba del escenario. Los padres sólo pueden ir a ver tumbas.
¿Para esto atravesamos cuarentaipico años de luchas, de prejuicios, de persecuciones, de paciente construcción de un movimiento que fuera recordado por su arte? ¿Todo termina en que Chabán es un hijo de puta, y el cana es un coimero y el manager un inescrupuloso y los funcionarios unos corruptos? Mientras Ca$hejeros vende a $47,50 su disco en vivo en Obras 2004 (el de las cien bengalas en una sola noche), mientras recauda 15 mil espectadores en la misma Olavarría donde el intendente Eseverri padre se dio el lujo de prohibir a los Redondos, los músicos que tratan de ganarse la vida en Buenos Aires tienen que lidiar con la misma corrupción de siempre, con bolicheros que, amparándose en ser de los pocos que tienen habilitación, imponen condiciones a las que el término “abusivas” les queda tibio.
¿Esto es lo que nos queda, señor juez? ¿El sardónico triunfo de este sindicato de crápulas?
Ya basta de tibiezas: aun antes del 30 de diciembre de 2004, Ca$hejeros era una banda horrible. Sus discos de tapas impresentables eran una mala copia de un mal MP3 de un menjunje requemado de los Redondos, La Renga y Los Piojos. Su cantante ya era un gordito desafinado que fantaseaba infructuosamente con tener la verba, la pluma y la performance del Indio Solari. Sus guitarristas soñaban con algún día meter una nota, una sola nota, con la sensibilidad y justeza de Skay Beilinson o la garra de Chizzo. Si la prensa intentaba conseguir una nota con ellos era por la curiosidad de que semejante engendro arrastrara un Obras lleno, para tratar de entender cómo era que el público rockero de pronto se estaba conformando con tan poco. Ellos empezaban a disfrutar su status de Susana Giménez del rock, creyendo que negarse a dar notas o sacarse fotos bastaba para apoderarse de la mística de tipos que hicieron cien canciones mil veces mejores. Vendedores de humo, llamaban la atención por su poder pirotécnico antes que por su música.
Eran una banda horrible entonces, lo siguen siendo ahora. Y para completar el menú agregaron a sus cualidades el cinismo de escribir gacetillas en jerga judicial, la agachada de entregar a su manager para salvar el culo, la mariconada de tratar de borrar con el codo todo lo que dijeron e hicieron antes que se les quemara el rancho, literalmente.
La enorme riqueza del rock argentino exige una condena moral. No les hicimos el aguante, el aguante de verdad, a artistas valiosísimos, para que un grupete de mediocres escupa alegremente hacia el cielo, al ojo de creadores mucho más talentosos, y se salga con la suya. En las conversaciones que este cronista tuvo con músicos, managers, productores, no hubo uno solo que estuviera de acuerdo con el fallo. ¿Hay que quedarse con esa bronca contenida? ¿Hay que resignarse, cuando no hubo resignación frente a las razzias, frente al bastardeo del arte de la música, frente a la manipulación, frente a los intentos de prostitución de un género genuino, nacido del riesgo y el desafío artístico y no del oportunismo berreta, de la demagogia musical que engancha rápidamente una multitud?
Pappo los mandaría a laburar.
Miguel les recordaría que ante todo está la vida.
Luca los cagaría bien a trompadas.
Nosotros estamos acá. Conteniendo la náusea ante esta asociación de aficionados, monos con navaja que provocaron un daño irreparable. Preguntándonos una vez más por qué una parte del público, históricamente exigente con los estándares del rock hecho en Argentina, se conforma con una oferta artística tan paupérrima, la celebra, le perdona todo. De las tribunas se puede regresar, tan sólo hace falta ser de masa gris, cantó Spinetta. Es hora de abandonar la tribuna futbolizada, los papelitos, la cosa descerebrada que perdona y festeja la estupidez. Coincidir, sí, en que hay ratas que estafan y zafan. Pero que no sólo están afuera: bien pueden estar royendo por dentro cuatro décadas de arte genuino, hasta dejarlo en la miseria.
En www.pagina12.com.ar Sábado, 22 de agosto de 2009
OPINION Papelitos y ratas Por Eduardo Fabregat efabregat@pagina12.com.ar
Las ratas que estafan
y zafan son muchas.
Y son las que bendicen
sus miserias al final.
(“Morir”, Ca$hejeros, 2003)
Qué insulto a más de cuatro décadas de rock argentino, qué zapateo irrespetuoso sobre las tumbas de Luca, de Miguel, de Federico, de Pappo Napolitano. Cuánta desidia, cuánta soberbia, cuánta traición. Olvidemos por un rato –si es posible– las instancias judiciales, el desfile de testigos, el dolor cayendo gota a gota durante casi cinco años transcurridos, durante un año de proceso. Vayamos al otro hueso, vayamos a la cuestión que atormenta a los que saben cuánto costó salir adelante en nuestro Vietnam, hecho de saliva y sangre. Quienes aman el rock argentino hecho con pasión, con talento, con dignidad y honestidad, contra viento y marea, con las mejores intenciones, esta semana se han tragado uno de los batracios más intolerables de la historia que arrancaron Moris, Nebbia, Almendra, Manal y otros que no medían bengalas ni banderas, sino acordes y armonías vocales, poéticas sensibles y fuegos creativos.
(Para el desprevenido que aún no se haya percatado, una advertencia: esta columna es hija de la indignación. Si usted anda buscando moderaciones, si cree que los músicos de Ca$hejeros son realmente inocentes, vaya dando vuelta la página. Este periodista, que desde el día de la tragedia viene publicando argumentaciones basadas en su conocimiento y el de sus fuentes, que ha tratado de razonar en público y poner todas las cartas sobre la mesa, anda con los cables pelados, le saltó la térmica. La cara de piedra de Fontanet ya es una afrenta que no puede tolerar.)
Lo dictaminó el Tribunal Oral 24: la obediencia debida llegó al rock. Diego Argañaraz se convirtió en Jorge Rafael Videla, y Patricio Fontanet, Eduardo Vázquez, Maximiliano Djerfy, Juan Carbone, Cristian Torrejón y Elio Delgado pasaron a ser los simples miliquitos que sólo cumplían órdenes, no sabían nada, no escuchaban nada, no decían nada, sólo se subían a tocar, son tan víctimas como los padres devastados por la muerte que recibieron en la cabeza una celebratoria lluvia de papelitos –cortesía de Los Invisibles, El Fondo No Fisura, La Familia Piojosa–, y el dedo medio de la señora Susana cagándose en ellos y en su dolor, gozando la revancha.
Dan asco
La estrategia dio excelentes resultados: el Pato criollo y sus compañeros se dieron cuenta rápidamente de que había que abrirse del manager, largarlo duro, hacerse los boludos y mirar para el costado mientras engrampaban al amigo por las decisiones que tomaron todos, por las irresponsabilidades que cometieron todos, por la contribución colectiva a casi doscientas muertes. El que avisa no es traidor, podrá decirse: el día en que se separaron las representaciones, cuando los músicos contrataron a su abogado y dejaron que Argañaraz se arreglara con el suyo, la suerte del manager quedó sellada. Lo dejaron solo. Está claro que a nadie le gusta ir en cana, pero la actitud dice unas cuantas cosas sobre la catadura moral de los reyes del aguante. El aguante se termina donde empieza el cagazo. Se viene a descubrir que el código de la calle incluye la cobardía.
El fallo no hizo más que confirmar todo lo que este diario viene denunciando desde el 2 de enero de 2005. Nada de lo que se escribió aquí es mentira. Pero los papeles hacen que sólo uno de los integrantes del grupo pague los platos rotos.
Afuera los pibes festejaban. En los foros donde campea el sentimiento de Copa Intercontinental ganada sobre la hora, se justifican diciendo que si hubiera sido al revés las imágenes de festejo habrían sido de los familiares de víctimas. La excusa, tan endeble como la de “eeeh, loco, bengalas prendían todos”, se desmorona con una simple observación del momento de la lectura del fallo: cuando el juez Alveró anunció las condenas a Chabán, Díaz y Argañaraz, los familiares no festejaban. Lloraban. Es lo poco que Cromañón les ha dejado. Los fans pueden ir a Olavarría a disfrutar a Fontanet haciéndose el vivo arriba del escenario. Los padres sólo pueden ir a ver tumbas.
¿Para esto atravesamos cuarentaipico años de luchas, de prejuicios, de persecuciones, de paciente construcción de un movimiento que fuera recordado por su arte? ¿Todo termina en que Chabán es un hijo de puta, y el cana es un coimero y el manager un inescrupuloso y los funcionarios unos corruptos? Mientras Ca$hejeros vende a $47,50 su disco en vivo en Obras 2004 (el de las cien bengalas en una sola noche), mientras recauda 15 mil espectadores en la misma Olavarría donde el intendente Eseverri padre se dio el lujo de prohibir a los Redondos, los músicos que tratan de ganarse la vida en Buenos Aires tienen que lidiar con la misma corrupción de siempre, con bolicheros que, amparándose en ser de los pocos que tienen habilitación, imponen condiciones a las que el término “abusivas” les queda tibio.
¿Esto es lo que nos queda, señor juez? ¿El sardónico triunfo de este sindicato de crápulas?
Ya basta de tibiezas: aun antes del 30 de diciembre de 2004, Ca$hejeros era una banda horrible. Sus discos de tapas impresentables eran una mala copia de un mal MP3 de un menjunje requemado de los Redondos, La Renga y Los Piojos. Su cantante ya era un gordito desafinado que fantaseaba infructuosamente con tener la verba, la pluma y la performance del Indio Solari. Sus guitarristas soñaban con algún día meter una nota, una sola nota, con la sensibilidad y justeza de Skay Beilinson o la garra de Chizzo. Si la prensa intentaba conseguir una nota con ellos era por la curiosidad de que semejante engendro arrastrara un Obras lleno, para tratar de entender cómo era que el público rockero de pronto se estaba conformando con tan poco. Ellos empezaban a disfrutar su status de Susana Giménez del rock, creyendo que negarse a dar notas o sacarse fotos bastaba para apoderarse de la mística de tipos que hicieron cien canciones mil veces mejores. Vendedores de humo, llamaban la atención por su poder pirotécnico antes que por su música.
Eran una banda horrible entonces, lo siguen siendo ahora. Y para completar el menú agregaron a sus cualidades el cinismo de escribir gacetillas en jerga judicial, la agachada de entregar a su manager para salvar el culo, la mariconada de tratar de borrar con el codo todo lo que dijeron e hicieron antes que se les quemara el rancho, literalmente.
La enorme riqueza del rock argentino exige una condena moral. No les hicimos el aguante, el aguante de verdad, a artistas valiosísimos, para que un grupete de mediocres escupa alegremente hacia el cielo, al ojo de creadores mucho más talentosos, y se salga con la suya. En las conversaciones que este cronista tuvo con músicos, managers, productores, no hubo uno solo que estuviera de acuerdo con el fallo. ¿Hay que quedarse con esa bronca contenida? ¿Hay que resignarse, cuando no hubo resignación frente a las razzias, frente al bastardeo del arte de la música, frente a la manipulación, frente a los intentos de prostitución de un género genuino, nacido del riesgo y el desafío artístico y no del oportunismo berreta, de la demagogia musical que engancha rápidamente una multitud?
Pappo los mandaría a laburar.
Miguel les recordaría que ante todo está la vida.
Luca los cagaría bien a trompadas.
Nosotros estamos acá. Conteniendo la náusea ante esta asociación de aficionados, monos con navaja que provocaron un daño irreparable. Preguntándonos una vez más por qué una parte del público, históricamente exigente con los estándares del rock hecho en Argentina, se conforma con una oferta artística tan paupérrima, la celebra, le perdona todo. De las tribunas se puede regresar, tan sólo hace falta ser de masa gris, cantó Spinetta. Es hora de abandonar la tribuna futbolizada, los papelitos, la cosa descerebrada que perdona y festeja la estupidez. Coincidir, sí, en que hay ratas que estafan y zafan. Pero que no sólo están afuera: bien pueden estar royendo por dentro cuatro décadas de arte genuino, hasta dejarlo en la miseria.
jueves, 6 de agosto de 2009
Mercados de Trabajo y orientación vocacional
2do POLIMODAL
En www.perfil.com Domingo 27 de Julio de 2008 Año III Nº 0281 VERSIÓN ADAPTADA
Se eligen carreras con poca salida laboral Por Brenda Focas
Los estudiantes argentinos no eligen las profesiones que el mercado más necesita. Según datos de la Universidad de Buenos Aires, las carreras con más ingresantes en el CBC siguen siendo las tradicionales, como Medicina, Abogacía, Psicología, Contador y Administración y, lejos, se ubican las relacionadas a la Ingeniería y la tecnología, que son las que más demanda laboral tienen y, a la vez, las que más deserción detentan: sólo se reciben unos tres mil ingenieros al año.
Los prejuicios culturales, un desprecio internalizado desde la infancia hacia las ciencias exactas y el prestigio histórico de las carreras tradicionales conspiran para que los profesionales especializados en áreas técnicas brillen por su ausencia.
“Si bien Administración de Empresas y Marketing tienen buenas perspectivas de trabajo, los egresados son utilizados con fines diferentes a los específicos de su especialidad. Los más solicitados y con mayor escasez de personal son los ingenieros civiles e industriales, además de los del área de sistemas”, explica Walter Montes, gerente general de PYN Consultores, dedicada a la selección de personal, y agrega que “una parte importante de los estudiantes se orienta a carreras de moda relacionadas con el entretenimiento y los servicios, como Hotelería, en todas sus variantes, Gastronomía y las diversas carreras de Diseño”.
Las vedettes del mercado laboral son los ingenieros en sistemas: las empresas buscan tentarlos ofreciéndoles duplicar su salario y, sin pruritos, los “roban” de otras empresas. Según datos de la consultora Adecco, el déficit en el área informática es acuciante. En 2006 este sector empleaba 40.000 personas en Argentina, mientras que el año pasado la cifra creció a 45.000, y aun así faltaron cubrir 2.500 puestos. “Si sigue la tendencia, en menos de diez años vamos a tener que importar ingenieros”, advierte Roberto Nolazco, coordinador de Asuntos Estudiantiles de la UCA. Los números de varios especialistas parecen respaldarlo.
“Para 2010, el faltante estimado de personal especializado en Ingeniería y Tecnología será de 6.100 personas”, señala Florencia Caccavo, directora de Selección-Consulting de Adecco. Por su parte, Miguel Ángel Calello, presidente de CESSI (Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos), agrega que “hay alrededor de 3.700 egresados por año, y habría que llevarlo al doble”. Además, el panorama se agrava porque muchos egresados se van a trabajar al exterior, donde reciben mejores condiciones salariales. “Creo que están mal diseñadas las especialidades y a los chicos se les hace muy pesado. En la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) están trabajando para revertir esto porque puede ser muy pernicioso para el país”, explica el ingeniero Marcelo Sobrevila.
Tal es la falta de estos perfiles profesionales, que las empresas recurren a métodos extremos para contar con ellos. Muchas desarrollan programas para jóvenes profesionales que reclutan a los estudiantes mientras cursan su carrera. Otras, directamente recorren empresas rivales para tentar talentos. Saulo Gil tiene 27 años y desde los 20 está trabajando en el área de sistemas, aunque todavía no terminó Ingeniería en Sistemas de la Información en la UADE (Universidad Argentina de la Empresa). “Me llegan propuestas todo el tiempo, llegué a Ten Roses (donde trabaja hoy) después de que me llamaran varias veces y me mejoraran mucho el sueldo”, relata.
Futuro desempleo
“El problema es que el educativo es un mercado en sí, que busca atraer con valores distintos al del mundo del trabajo”, sostiene Juan Antonio Lázara, titular de la editorial que publica la Guía del Estudiante: “Hacen carreras pensando en el deseo del estudiante y no en el mercado laboral, lo que a largo plazo creará un grave desequilibrio”. Desde las cámaras empresariales y el Estado se está buscando revertir este desfasaje con programas de becas y charlas de promoción en colegios secundarios.
“Argentina tiene una oportunidad estratégica para desarrollar y proveer software y servicios, pero choca con desconocimiento y mitos que vuelven poco atractivo capacitarse para participar de esta industria. Muchos jóvenes desconocen los beneficios de la actividad que, además de tener remuneraciones altas, es creativa, dinámica y moderna”, se lamenta Calello.
En www.perfil.com.ar Sábado 21 de Febrero de 2009 Año III Nº 0340 VERSIÓN ADAPTADA
Sociedad, crisis y mercado laboral Por Brenda Focas
Con la experiencia del colapso de 2001, los especialistas en el mercado de trabajo prevén un 2009 con dificultades laborales en casi todos los sectores económicos. La merma en la búsqueda de las empresas ya se nota en los clasificados y se hace sentir entre aquellos que tratan de conseguir un trabajo. Sin embargo, a pesar del temporal económico, consultores de recursos humanos se animan a adelantar cuáles serán las profesiones que enfrentarán la crisis económica y que, incluso, saldrán beneficiados.
Dentro de estos últimos se encuentran los especialistas en ventas. Y es que la situación económica hizo que las empresas necesiten, más que nunca, personas que puedan vender sus productos y servicios mejor que los demás.
“En un mercado cada vez más competitivo la demanda de buenos profesionales de ventas, ejecutivos de cuentas y posiciones relacionadas con la captación y fidelización de clientes se amplía. También los relacionados con áreas de legales y por último cobranzas”, analiza Mariana Vázquez, directora de recursos humanos de Adecco, consultora especializada en selección de personal.
La crisis también alzó levemente el pedido de quienes están encargados de la gestión de las empresas, reducción de gastos, abogados laboristas y especialistas en quiebras.
Los contadores, administradores de empresas y líderes de gestión saldrán airosos mientras puedan demostrar capacidad para entender los negocios y proponer soluciones en los momentos difíciles.
También, los consultores coinciden en que se necesitarán profesionales de Recursos Humanos, sobre todo con experiencia en negociaciones sindicales para mantener a los empleados clave cuando el malestar y el desconcierto reina en la oficina.
Por otra parte, muchas compañías que están reduciendo su personal en los países centrales tercerizan sus procesos para equilibrar la diferencia de costos, y ese proceso beneficia a algunos profesionales. “Argentina centraliza los soportes compartidos financieros y contables, por lo que jóvenes profesionales y senior, que manejen otro idioma, también seguirán siendo muy demandados”, asegura Daniel Luaces, gerente de Manpower Profesional.
La mayoría de los consultores recomienda evitar los rumores pesimistas, ser flexible, tomarse el tiempo para armar un buen CV ( Curriculum Vitae), tener capacidad de aprendizaje y actualizarse en redes de contacto o en páginas de búsqueda laboral.
Cristina Mejías, directora de la consultora CM, con 35 años de experiencia en el rubro, sintetiza: “Es importante armar un buen plan de marketing personal, es decir, tener previsto alternativas de trabajo para que una desvinculación no sea una sorpresa. Hay que tener muy bien analizadas las fortalezas y debilidades de cada uno, para abrir el paraguas antes de que llueva”.
Seguir el faro interior Por Sergio Sinay sergiosinay@gmail.com En La Nación Revista del 05/04/09
Sr. Sinay:
Soy psicóloga, trabajo en orientación vocacional y me asombra que los chicos se acerquen buscando una carrera que les dé dinero. ¿Dónde está la pasión por las cosas que nos hacen crecer como seres humanos?, ¿el amor por lo que nos diferencia a uno del otro, el desarrollo de las virtudes que nos llevan a complementarnos?, ¿la educación del alma? ¿Cómo hago para trabajar sobre algo cuando el que lo solicita no cree que exista? Eugenia Barbieri
Francisco y yo quisiéramos plantear el problema de por qué a muchos estudiantes nos cuesta concentrarnos (estudiamos Ingeniería en Alimentos y Abogacía, respectivamente) aun cuando estamos avanzados en nuestras carreras. En nuestros trabajos nos enfrentamos con la misma dificultad para desarrollar ideas e implementarlas. ¿Por qué no poseemos concentración y dedicación para uno como para otro? ¿A qué se debe y cómo enfrentarlo? ¿Cómo puede ser que no poseamos la misma disposición para estudiar que teníamos cuando empezamos nuestras carreras? Florencia Casaro
Cada tanto, milagrosamente, se puede ver en algún canal de cable (también circula en disco de video) una película que, con justicia, está considerada entre las mejores de la historia del cine. Se titula Qué bello es vivir (originalmente, It´s a wonderful life ) y fue dirigida en 1946 por Frank Capra. Nominada entonces a cinco premios Oscar, no ganó y cayó pronto en el olvido, hasta ser recordada y rescatada sólo unos treinta años después. Hoy está viva y vigente. Su protagonista, George Bailey (inolvidable labor de James Stewart) hereda inesperadamente el lugar de su padre al frente de una compañía financiera que presta dinero a gente de escasos recursos. El no quería estar allí, deseaba irse del pueblo y estudiar en la universidad. Forzado a quedarse, debe enfrentar, además, a quienes buscan convertir la empresa en un lucrativo negocio, aun a costa de los clientes.
En el día de Navidad, con la empresa a punto de quebrar, George decide suicidarse para que, con su seguro de vida, se salden las deudas. Pero entonces Dios le envía un ángel (que ganará sus alas si cumple bien la tarea) para que lo detenga, lo lleve a un paseo retrospectivo por su vida y le demuestre que ni el pueblo, ni sus seres queridos, ni acaso el mundo habrían sido los mismos si él no hubiese existido. "La vida de cada persona toca la de muchas otras, si no estuvieras habría un vacío", le dice el ángel (Lionel Barrymore).
Encontrar una vocación es hallar ese punto irremplazable e intransferible en el cual, al cruzarse con otras, nuestra vida se hace necesaria, mejora el mundo, es iluminada por el sentido. Como no existen dos seres humanos similares, la vocación de cada quien es única, aunque luego se exprese a través de actividades que no lo sean. Una "carrera que dé dinero" suena, más que a vocación, a la búsqueda de símbolos externos que le den entidad a una existencia anémica de propósito. Cuando prestigio, dinero, éxito, figuración, reconocimiento, poder o fortuna se convierten en fines, se corre el riesgo de que justifiquen cualquier medio. Descubrir la propia vocación requiere, como escribía el sacerdote y pensador holandés Henri J. M. Nouwen en “La voz interior del amor”, bucear en nuestra identidad más profunda, en ese punto al que sólo nosotros (con honestidad, tesón y coraje) podemos llegar. Ahí, decía Nouwen, "debes hablarle a tu corazón (y escucharlo) y seguir tu vocación más profunda". Si no es así, "te entregas a la influencia ajena, dudas de ti, te vuelves pasivo".
Quizás en la exploración de una vocación haya que cambiar una pregunta (¿qué carrera quiero seguir, a qué profesión deseo dedicarme?) por otra (¿qué clase de persona quiero ser, con base en qué valores, orientado a qué propósito?). Posiblemente nuestra amiga Eugenia, en el lugar en el que está, pueda insistir en instalar esta pregunta entre quienes acuden a ella en pos de la receta mágica. Y, aunque la respuesta pueda resultarles incómoda, quienes compartan la sensación de Francisco y Florencia pueden interrogarse acerca de sí hacen o estudian aquello que les dicta su voz más propia y profunda o si sólo están cumpliendo con lo que, según voces externas, deben hacer. Cuando nuestra presencia y nuestra vocación coinciden en el mismo punto, una poderosa energía, un continuo entusiasmo nos mantiene activos y creativos. Como George Bailey, sabemos para qué vivimos. Y cuando se sigue la luz de ese faro interior, es difícil perderse.
En Argentina Económica Suplemento del Diario Miradas al Sur del 12 de 0ctubre de 2008, páginas 2 y 3. VERSIÓN ADAPTADA
En busca de los oficios perdidos Por Ana Vainman
En un país que quiere terminar de renacer de las cenizas como el Ave Fénix, que aspira a tener una industria floreciente, que pretende ir más allá de la sustitución de importaciones y que busca agregar valor a su tradicional historia de productor de materias primas, la mano de obra escasea.
No es que falten trabajadores, de hecho aún hay cerca de un 8% de desocupados en Argentina. Entonces la pregunta de rigor es: ¿por qué ese millón trescientas mil personas que no tienen trabajo, no lo encuentran? La respuesta es que lo que falta es personal calificado.
José María Casabal, el gerente de país de Bumeran.com aseguró a este diario: "Nuestra lectura es que los puestos más difíciles de conseguir están por un lado, relacionados con la tecnología". En ese sentido, Casabal indicó que dentro de esa área hacen falta desarrolladores (como por ejemplo desarrolladores de Java, que "es algo muy específico y por ende muy difícil de encontrar") y los de operaciones, como ingenieros electrónicos o industriales".
"Pero además, entre los perfiles difíciles de conseguir, están los técnicos, que son lo que antes se entendía como oficios", sostuvo. Según expresó, este tipo de puestos es "lo que se necesita en la industria pesada".
Según Eduardo March, subgerente de la filial argentina de Manpower, hacen falta "ingenieros calificados, ingenieros de software y sistemas, personal especializado para la construcción, cosechadores y enólogos".
Razones
"La demanda laboral insatisfecha no se limita a los puestos de mayor nivel técnico o
a los gerenciales, sino a los niveles medios de calificación y esto se ha visto con claridad, aseguró el titular de SEL Consultores, Ernesto Kritz. Y agregó: "Esto ha venido siendo así desde hace unos cuantos años". Según explicó, este fenómeno "tiene que ver con la destrucción del empleo de esos niveles de calificación, con el achicamiento de algunas ramas industriales en los años 90 y la posterior destrucción casi total durante la crisis".
En ese sentido, añadió que "otra razón complementaria es el desmantelamiento del sistema de educación técnica, que perdió calidad".
En esa misma línea estuvo Susana Barazatian, titular de la Dirección Nacional de Orientación y Formación Profesional del Ministerio de Trabajo. La funcionaria consideró también que las causas de este problema pueden encontrarse en el desmantelamiento de la educación técnica.
Y en ese sentido, indicó que el deterioro de la calidad educativa hizo bajar los conocimientos de los jóvenes en materia de matemática, lógica y física, asignaturas fundamentales para los oficios técnicos. Además, sostuvo que "el proceso de desindustrialización hizo que se perdieran oficios". Es por eso que hoy, que la construcción y la industria renacieron, o intentan renacer, se topan con el obstáculo de la falta de personal calificado.
En un intento por recuperar los oficios perdidos, los gremios como la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) lanzaron programas de capacitación en conjunto con organismos oficiales, instituciones educativas y cámaras empresarias.
Desde el Ministerio de Trabajo, Barazatian explicó que la cartera laboral responde a las demandas de los empresarios y de los gremios y asisten técnicamente, forman a los docentes y compran maquinarias con destino a la capacitación.
"Primitivamente arrancamos hace cuatro o cinco años con computación y después seguimos con tornería o soldadura y cada uno tiene que ver con las zonas.
Por ejemplo, en el sur y en el norte se da soldadura en función de lo que se necesita en los pozos petroleros", señaló. Además, puntualizó que "los cursos más complejos son los mecanizados, como los de tornería o los de fresadores".
En ese proceso, la funcionaria indicó que se encontraron con una serie de obstáculos como el caso de los matriceros, ya que el oficio prácticamente había desaparecido. Por eso, tuvieron que salir a buscar a viejos matriceros retirados para que transmitan sus saberes y poder así formar a los docentes para que puedan enseñar esa especialidad.
DEMANDA INSATISFECHA
En el segundo trimestre de este año, el 10,9% de las empresas que buscó personal en el mercado laboral argentino no logró cubrir algunos de los puestos que tenían vacantes. La tendencia se mantiene ya que en el mismo período de 2007, un 11,7% no había satisfecho todas sus demandas.
Los rubros de la actividad que este año tuvieron mayores inconvenientes para encontrar el personal requerido fueron la fabricación de papel (el 36,8% de los empleadores tuvo demanda laboral insatisfecha), el sector de bebidas y tabaco (28,6%), la fabricación de productos de caucho y plástico (27,3%), la industria de productos minerales no metálicos
(26,7%) y el curtido del cuero (25 por ciento).
Las búsquedas
El 41,1% de las empresas encuestadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) buscaron personal.
Los hoteles y restaurantes lideraron el segmento de la economía con mayor cantidad de empresas que buscara personal, ya que el 68,8% de esas firmas estuvo demandando trabajadores en el segundo trimestre.
Les siguieron las compañías de provisión de electricidad, gas y agua: el 60,9% se propuso contratar personal.
Las áreas para las cuales fue más difícil contratar personal preparado fueron las de producción y mantenimiento: allí se concentra el 73,2% de los puestos no cubiertos. El 17,1% de las búsquedas fue para las áreas de gerencias, administración y sistemas, y el 9,6%, para tareas de ventas.
Entre los puestos que no fueron cubiertos, para el 34,6% se requería una calificación de nivel operativo, mientras que para igual porcentaje se requería título profesional. En el 30,7% de los casos, se buscaba a técnicos.
El fomento de la Educación y el Trabajo son la síntesis de la inclusión, porque ninguna política social del mejor de los estados benefactores puede revertir la máquina de generar pobres que surgen de una política económica errada. El desafío de esta hora es revertir ese panorama. Varios gremios y otros tantos sectores de la producción han comprendido esa necesidad y juntos trabajan para incentivar la capacitación. Porque es clara la relación entre el perfil productivo de un país y su mercado laboral.
Hace cinco años, el gremio más importante de la Argentina era el de los piqueteros, que nacieron de la explosión del segmento petrolero, se extendieron con las privatizaciones y florecieron con la destrucción de la industria nacional. En paralelo, la ciudad bonaerense de San Martín, la capital nacional de la industria, era tierra yerma. Para muchos, ese era el diseño de país ideal.
2do POLIMODAL
En www.perfil.com Domingo 27 de Julio de 2008 Año III Nº 0281 VERSIÓN ADAPTADA
Se eligen carreras con poca salida laboral Por Brenda Focas
Los estudiantes argentinos no eligen las profesiones que el mercado más necesita. Según datos de la Universidad de Buenos Aires, las carreras con más ingresantes en el CBC siguen siendo las tradicionales, como Medicina, Abogacía, Psicología, Contador y Administración y, lejos, se ubican las relacionadas a la Ingeniería y la tecnología, que son las que más demanda laboral tienen y, a la vez, las que más deserción detentan: sólo se reciben unos tres mil ingenieros al año.
Los prejuicios culturales, un desprecio internalizado desde la infancia hacia las ciencias exactas y el prestigio histórico de las carreras tradicionales conspiran para que los profesionales especializados en áreas técnicas brillen por su ausencia.
“Si bien Administración de Empresas y Marketing tienen buenas perspectivas de trabajo, los egresados son utilizados con fines diferentes a los específicos de su especialidad. Los más solicitados y con mayor escasez de personal son los ingenieros civiles e industriales, además de los del área de sistemas”, explica Walter Montes, gerente general de PYN Consultores, dedicada a la selección de personal, y agrega que “una parte importante de los estudiantes se orienta a carreras de moda relacionadas con el entretenimiento y los servicios, como Hotelería, en todas sus variantes, Gastronomía y las diversas carreras de Diseño”.
Las vedettes del mercado laboral son los ingenieros en sistemas: las empresas buscan tentarlos ofreciéndoles duplicar su salario y, sin pruritos, los “roban” de otras empresas. Según datos de la consultora Adecco, el déficit en el área informática es acuciante. En 2006 este sector empleaba 40.000 personas en Argentina, mientras que el año pasado la cifra creció a 45.000, y aun así faltaron cubrir 2.500 puestos. “Si sigue la tendencia, en menos de diez años vamos a tener que importar ingenieros”, advierte Roberto Nolazco, coordinador de Asuntos Estudiantiles de la UCA. Los números de varios especialistas parecen respaldarlo.
“Para 2010, el faltante estimado de personal especializado en Ingeniería y Tecnología será de 6.100 personas”, señala Florencia Caccavo, directora de Selección-Consulting de Adecco. Por su parte, Miguel Ángel Calello, presidente de CESSI (Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos), agrega que “hay alrededor de 3.700 egresados por año, y habría que llevarlo al doble”. Además, el panorama se agrava porque muchos egresados se van a trabajar al exterior, donde reciben mejores condiciones salariales. “Creo que están mal diseñadas las especialidades y a los chicos se les hace muy pesado. En la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) están trabajando para revertir esto porque puede ser muy pernicioso para el país”, explica el ingeniero Marcelo Sobrevila.
Tal es la falta de estos perfiles profesionales, que las empresas recurren a métodos extremos para contar con ellos. Muchas desarrollan programas para jóvenes profesionales que reclutan a los estudiantes mientras cursan su carrera. Otras, directamente recorren empresas rivales para tentar talentos. Saulo Gil tiene 27 años y desde los 20 está trabajando en el área de sistemas, aunque todavía no terminó Ingeniería en Sistemas de la Información en la UADE (Universidad Argentina de la Empresa). “Me llegan propuestas todo el tiempo, llegué a Ten Roses (donde trabaja hoy) después de que me llamaran varias veces y me mejoraran mucho el sueldo”, relata.
Futuro desempleo
“El problema es que el educativo es un mercado en sí, que busca atraer con valores distintos al del mundo del trabajo”, sostiene Juan Antonio Lázara, titular de la editorial que publica la Guía del Estudiante: “Hacen carreras pensando en el deseo del estudiante y no en el mercado laboral, lo que a largo plazo creará un grave desequilibrio”. Desde las cámaras empresariales y el Estado se está buscando revertir este desfasaje con programas de becas y charlas de promoción en colegios secundarios.
“Argentina tiene una oportunidad estratégica para desarrollar y proveer software y servicios, pero choca con desconocimiento y mitos que vuelven poco atractivo capacitarse para participar de esta industria. Muchos jóvenes desconocen los beneficios de la actividad que, además de tener remuneraciones altas, es creativa, dinámica y moderna”, se lamenta Calello.
En www.perfil.com.ar Sábado 21 de Febrero de 2009 Año III Nº 0340 VERSIÓN ADAPTADA
Sociedad, crisis y mercado laboral Por Brenda Focas
Con la experiencia del colapso de 2001, los especialistas en el mercado de trabajo prevén un 2009 con dificultades laborales en casi todos los sectores económicos. La merma en la búsqueda de las empresas ya se nota en los clasificados y se hace sentir entre aquellos que tratan de conseguir un trabajo. Sin embargo, a pesar del temporal económico, consultores de recursos humanos se animan a adelantar cuáles serán las profesiones que enfrentarán la crisis económica y que, incluso, saldrán beneficiados.
Dentro de estos últimos se encuentran los especialistas en ventas. Y es que la situación económica hizo que las empresas necesiten, más que nunca, personas que puedan vender sus productos y servicios mejor que los demás.
“En un mercado cada vez más competitivo la demanda de buenos profesionales de ventas, ejecutivos de cuentas y posiciones relacionadas con la captación y fidelización de clientes se amplía. También los relacionados con áreas de legales y por último cobranzas”, analiza Mariana Vázquez, directora de recursos humanos de Adecco, consultora especializada en selección de personal.
La crisis también alzó levemente el pedido de quienes están encargados de la gestión de las empresas, reducción de gastos, abogados laboristas y especialistas en quiebras.
Los contadores, administradores de empresas y líderes de gestión saldrán airosos mientras puedan demostrar capacidad para entender los negocios y proponer soluciones en los momentos difíciles.
También, los consultores coinciden en que se necesitarán profesionales de Recursos Humanos, sobre todo con experiencia en negociaciones sindicales para mantener a los empleados clave cuando el malestar y el desconcierto reina en la oficina.
Por otra parte, muchas compañías que están reduciendo su personal en los países centrales tercerizan sus procesos para equilibrar la diferencia de costos, y ese proceso beneficia a algunos profesionales. “Argentina centraliza los soportes compartidos financieros y contables, por lo que jóvenes profesionales y senior, que manejen otro idioma, también seguirán siendo muy demandados”, asegura Daniel Luaces, gerente de Manpower Profesional.
La mayoría de los consultores recomienda evitar los rumores pesimistas, ser flexible, tomarse el tiempo para armar un buen CV ( Curriculum Vitae), tener capacidad de aprendizaje y actualizarse en redes de contacto o en páginas de búsqueda laboral.
Cristina Mejías, directora de la consultora CM, con 35 años de experiencia en el rubro, sintetiza: “Es importante armar un buen plan de marketing personal, es decir, tener previsto alternativas de trabajo para que una desvinculación no sea una sorpresa. Hay que tener muy bien analizadas las fortalezas y debilidades de cada uno, para abrir el paraguas antes de que llueva”.
Seguir el faro interior Por Sergio Sinay sergiosinay@gmail.com En La Nación Revista del 05/04/09
Sr. Sinay:
Soy psicóloga, trabajo en orientación vocacional y me asombra que los chicos se acerquen buscando una carrera que les dé dinero. ¿Dónde está la pasión por las cosas que nos hacen crecer como seres humanos?, ¿el amor por lo que nos diferencia a uno del otro, el desarrollo de las virtudes que nos llevan a complementarnos?, ¿la educación del alma? ¿Cómo hago para trabajar sobre algo cuando el que lo solicita no cree que exista? Eugenia Barbieri
Francisco y yo quisiéramos plantear el problema de por qué a muchos estudiantes nos cuesta concentrarnos (estudiamos Ingeniería en Alimentos y Abogacía, respectivamente) aun cuando estamos avanzados en nuestras carreras. En nuestros trabajos nos enfrentamos con la misma dificultad para desarrollar ideas e implementarlas. ¿Por qué no poseemos concentración y dedicación para uno como para otro? ¿A qué se debe y cómo enfrentarlo? ¿Cómo puede ser que no poseamos la misma disposición para estudiar que teníamos cuando empezamos nuestras carreras? Florencia Casaro
Cada tanto, milagrosamente, se puede ver en algún canal de cable (también circula en disco de video) una película que, con justicia, está considerada entre las mejores de la historia del cine. Se titula Qué bello es vivir (originalmente, It´s a wonderful life ) y fue dirigida en 1946 por Frank Capra. Nominada entonces a cinco premios Oscar, no ganó y cayó pronto en el olvido, hasta ser recordada y rescatada sólo unos treinta años después. Hoy está viva y vigente. Su protagonista, George Bailey (inolvidable labor de James Stewart) hereda inesperadamente el lugar de su padre al frente de una compañía financiera que presta dinero a gente de escasos recursos. El no quería estar allí, deseaba irse del pueblo y estudiar en la universidad. Forzado a quedarse, debe enfrentar, además, a quienes buscan convertir la empresa en un lucrativo negocio, aun a costa de los clientes.
En el día de Navidad, con la empresa a punto de quebrar, George decide suicidarse para que, con su seguro de vida, se salden las deudas. Pero entonces Dios le envía un ángel (que ganará sus alas si cumple bien la tarea) para que lo detenga, lo lleve a un paseo retrospectivo por su vida y le demuestre que ni el pueblo, ni sus seres queridos, ni acaso el mundo habrían sido los mismos si él no hubiese existido. "La vida de cada persona toca la de muchas otras, si no estuvieras habría un vacío", le dice el ángel (Lionel Barrymore).
Encontrar una vocación es hallar ese punto irremplazable e intransferible en el cual, al cruzarse con otras, nuestra vida se hace necesaria, mejora el mundo, es iluminada por el sentido. Como no existen dos seres humanos similares, la vocación de cada quien es única, aunque luego se exprese a través de actividades que no lo sean. Una "carrera que dé dinero" suena, más que a vocación, a la búsqueda de símbolos externos que le den entidad a una existencia anémica de propósito. Cuando prestigio, dinero, éxito, figuración, reconocimiento, poder o fortuna se convierten en fines, se corre el riesgo de que justifiquen cualquier medio. Descubrir la propia vocación requiere, como escribía el sacerdote y pensador holandés Henri J. M. Nouwen en “La voz interior del amor”, bucear en nuestra identidad más profunda, en ese punto al que sólo nosotros (con honestidad, tesón y coraje) podemos llegar. Ahí, decía Nouwen, "debes hablarle a tu corazón (y escucharlo) y seguir tu vocación más profunda". Si no es así, "te entregas a la influencia ajena, dudas de ti, te vuelves pasivo".
Quizás en la exploración de una vocación haya que cambiar una pregunta (¿qué carrera quiero seguir, a qué profesión deseo dedicarme?) por otra (¿qué clase de persona quiero ser, con base en qué valores, orientado a qué propósito?). Posiblemente nuestra amiga Eugenia, en el lugar en el que está, pueda insistir en instalar esta pregunta entre quienes acuden a ella en pos de la receta mágica. Y, aunque la respuesta pueda resultarles incómoda, quienes compartan la sensación de Francisco y Florencia pueden interrogarse acerca de sí hacen o estudian aquello que les dicta su voz más propia y profunda o si sólo están cumpliendo con lo que, según voces externas, deben hacer. Cuando nuestra presencia y nuestra vocación coinciden en el mismo punto, una poderosa energía, un continuo entusiasmo nos mantiene activos y creativos. Como George Bailey, sabemos para qué vivimos. Y cuando se sigue la luz de ese faro interior, es difícil perderse.
En Argentina Económica Suplemento del Diario Miradas al Sur del 12 de 0ctubre de 2008, páginas 2 y 3. VERSIÓN ADAPTADA
En busca de los oficios perdidos Por Ana Vainman
En un país que quiere terminar de renacer de las cenizas como el Ave Fénix, que aspira a tener una industria floreciente, que pretende ir más allá de la sustitución de importaciones y que busca agregar valor a su tradicional historia de productor de materias primas, la mano de obra escasea.
No es que falten trabajadores, de hecho aún hay cerca de un 8% de desocupados en Argentina. Entonces la pregunta de rigor es: ¿por qué ese millón trescientas mil personas que no tienen trabajo, no lo encuentran? La respuesta es que lo que falta es personal calificado.
José María Casabal, el gerente de país de Bumeran.com aseguró a este diario: "Nuestra lectura es que los puestos más difíciles de conseguir están por un lado, relacionados con la tecnología". En ese sentido, Casabal indicó que dentro de esa área hacen falta desarrolladores (como por ejemplo desarrolladores de Java, que "es algo muy específico y por ende muy difícil de encontrar") y los de operaciones, como ingenieros electrónicos o industriales".
"Pero además, entre los perfiles difíciles de conseguir, están los técnicos, que son lo que antes se entendía como oficios", sostuvo. Según expresó, este tipo de puestos es "lo que se necesita en la industria pesada".
Según Eduardo March, subgerente de la filial argentina de Manpower, hacen falta "ingenieros calificados, ingenieros de software y sistemas, personal especializado para la construcción, cosechadores y enólogos".
Razones
"La demanda laboral insatisfecha no se limita a los puestos de mayor nivel técnico o
a los gerenciales, sino a los niveles medios de calificación y esto se ha visto con claridad, aseguró el titular de SEL Consultores, Ernesto Kritz. Y agregó: "Esto ha venido siendo así desde hace unos cuantos años". Según explicó, este fenómeno "tiene que ver con la destrucción del empleo de esos niveles de calificación, con el achicamiento de algunas ramas industriales en los años 90 y la posterior destrucción casi total durante la crisis".
En ese sentido, añadió que "otra razón complementaria es el desmantelamiento del sistema de educación técnica, que perdió calidad".
En esa misma línea estuvo Susana Barazatian, titular de la Dirección Nacional de Orientación y Formación Profesional del Ministerio de Trabajo. La funcionaria consideró también que las causas de este problema pueden encontrarse en el desmantelamiento de la educación técnica.
Y en ese sentido, indicó que el deterioro de la calidad educativa hizo bajar los conocimientos de los jóvenes en materia de matemática, lógica y física, asignaturas fundamentales para los oficios técnicos. Además, sostuvo que "el proceso de desindustrialización hizo que se perdieran oficios". Es por eso que hoy, que la construcción y la industria renacieron, o intentan renacer, se topan con el obstáculo de la falta de personal calificado.
En un intento por recuperar los oficios perdidos, los gremios como la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) lanzaron programas de capacitación en conjunto con organismos oficiales, instituciones educativas y cámaras empresarias.
Desde el Ministerio de Trabajo, Barazatian explicó que la cartera laboral responde a las demandas de los empresarios y de los gremios y asisten técnicamente, forman a los docentes y compran maquinarias con destino a la capacitación.
"Primitivamente arrancamos hace cuatro o cinco años con computación y después seguimos con tornería o soldadura y cada uno tiene que ver con las zonas.
Por ejemplo, en el sur y en el norte se da soldadura en función de lo que se necesita en los pozos petroleros", señaló. Además, puntualizó que "los cursos más complejos son los mecanizados, como los de tornería o los de fresadores".
En ese proceso, la funcionaria indicó que se encontraron con una serie de obstáculos como el caso de los matriceros, ya que el oficio prácticamente había desaparecido. Por eso, tuvieron que salir a buscar a viejos matriceros retirados para que transmitan sus saberes y poder así formar a los docentes para que puedan enseñar esa especialidad.
DEMANDA INSATISFECHA
En el segundo trimestre de este año, el 10,9% de las empresas que buscó personal en el mercado laboral argentino no logró cubrir algunos de los puestos que tenían vacantes. La tendencia se mantiene ya que en el mismo período de 2007, un 11,7% no había satisfecho todas sus demandas.
Los rubros de la actividad que este año tuvieron mayores inconvenientes para encontrar el personal requerido fueron la fabricación de papel (el 36,8% de los empleadores tuvo demanda laboral insatisfecha), el sector de bebidas y tabaco (28,6%), la fabricación de productos de caucho y plástico (27,3%), la industria de productos minerales no metálicos
(26,7%) y el curtido del cuero (25 por ciento).
Las búsquedas
El 41,1% de las empresas encuestadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) buscaron personal.
Los hoteles y restaurantes lideraron el segmento de la economía con mayor cantidad de empresas que buscara personal, ya que el 68,8% de esas firmas estuvo demandando trabajadores en el segundo trimestre.
Les siguieron las compañías de provisión de electricidad, gas y agua: el 60,9% se propuso contratar personal.
Las áreas para las cuales fue más difícil contratar personal preparado fueron las de producción y mantenimiento: allí se concentra el 73,2% de los puestos no cubiertos. El 17,1% de las búsquedas fue para las áreas de gerencias, administración y sistemas, y el 9,6%, para tareas de ventas.
Entre los puestos que no fueron cubiertos, para el 34,6% se requería una calificación de nivel operativo, mientras que para igual porcentaje se requería título profesional. En el 30,7% de los casos, se buscaba a técnicos.
El fomento de la Educación y el Trabajo son la síntesis de la inclusión, porque ninguna política social del mejor de los estados benefactores puede revertir la máquina de generar pobres que surgen de una política económica errada. El desafío de esta hora es revertir ese panorama. Varios gremios y otros tantos sectores de la producción han comprendido esa necesidad y juntos trabajan para incentivar la capacitación. Porque es clara la relación entre el perfil productivo de un país y su mercado laboral.
Hace cinco años, el gremio más importante de la Argentina era el de los piqueteros, que nacieron de la explosión del segmento petrolero, se extendieron con las privatizaciones y florecieron con la destrucción de la industria nacional. En paralelo, la ciudad bonaerense de San Martín, la capital nacional de la industria, era tierra yerma. Para muchos, ese era el diseño de país ideal.
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