miércoles, 17 de septiembre de 2008

En www.buenasnuevas.com “Eligiendo cruces” por Mamerto Menapace

Esto también es del tiempo viejo, cuando Dios se revelaba en sueños. O al menos la gente todavía acostumbraba a soñar con Dios. Y era con Dios que nuestro caminante había estado dialogando toda aquella tarde. Tal vez sería mucho hablar de diálogo, ya que no tenía muchas ganas de escuchar sino de hablar y desahogarse.

El hombre cargaba una buena estiba de años, sin haber llegado a viejo. Sentía en sus pierna el cansancio de los caminos, luego de haber andado toda la tarde bajo la fría llovizna, con el mono al hombro y bordeando las vías del ferrocarril hacía tiempo que se había largado a linyerear, abandonando, vaya a saber por qué, su familia, su pago y sus amigos. Un poco de amargura guardaba por dentro, y la había venido rumiando despacio como para acompañar la soledad.

Finalmente llegó mojado y aterido hasta la estación del ferrocarril, solitaria a la costa de aquello que hubiera querido ser un pueblito, pero que de hecho nunca pasó de ser un conjunto de casas que actualmente se estaban despoblando. No le costó conseguir permiso para pasar la noche al reparo de uno de los grandes galpones de cinc. Allí hizo un fueguito, y en un tarro que oficiaba de ollita recalentó el estofado que le habían dado al mediodía en la estancia donde pasara la mañana. Reconfortado por dentro, preparó su cama: un trozo de plástico negro como colchón que evitaba la humedad. Encima dos o tres bolsas que llevaba en el mono, más un par de otras que encontró allí. Para taparse tenía una cobija vieja, escasa de lana y abundante en vida menuda. Como quien se espanta un peligro de enfrente, se santiguó y rezó el Bendito que le enseñara su madre.

Tal vez fuera la oración familiar la que lo hizo pensar en Dios. Y como no tenía otro a quien quejarse, se las agarró con el Todopoderosos reprochándole su mala suerte. A él tenían que tocarle todas. Pareciera que el mismo Tata Dios se las había agarrado con él, cargándole todas las cruces del mundo. Todos los demás eran felices, a pesar de no ser tan buenos y decentes como él. Tenían sus camas, su familia, su casa, sus amigos. En cambio aquí lo tenía a él, como si fuera un animal, arrinconado en un galpón, mojado por la lluvia y medio muerto de hambre y de frío. Y con estos pensamientos se quedó dormido, porque no era hombre de sufrir insomnios por incomodidades. No tenía preocupaciones que se lo quitaran. En el sueño va y se le aparece Tata Dios, que le dice:

-Vea, amigo. Yo ya estoy cansado de que los hombres se me anden quejando siempre. Parece que nadie está conforme con lo que yo le he destinado. Así que desde ahora le dejo a cada uno que elija la cruz que tendrá que llevar. Pero que después no me vengan con quejas. La que agarren tendrán que cargarla para el resto del viaje y sin protestar. Y como usted está aquí, será el primero a quien le doy la oportunidad de seleccionar la suya, vea, acabo de recorrer el mundo retirando todas las cruces de los hombres, y las he traído a este galpón grande. Levántese y elija la que le guste.

Sorprendido el hombre, mira y ve que efectivamente el galpón estaba que hervía de cruces, de todos los tamaños, pesos y formas. Era una barbaridad de cruces las que allí había: de fierro, de madera, de plástico, y de cuanta material uno pudiera imaginarse.

Miró primero para el lado que quedaban las más chiquitas. Pero le dio vergüenza pedir una tan pequeña. El era un hombre sano y fuerte. No era justo siendo el primero quedarse con una tan chica. Buscó entonces entre las grandes, pero se desanimó enseguida, porque se dio cuenta que o le daba el hombro para tanto. Fue entonces y se decidió por una tamaño medio: ni muy grande, ni tan chica.

Pero resulta que entre éstas, las había sumamente pesadas de quebracho, y otras livianitas de cartón como para que jugaran los gurises. Le dio no sé qué elegir una de juguete, y tuvo miedo de corajear una de las pesadas. Se quedó a mitad de camino, y entre las medianas de tamaño prefirió una de peso regular.

Faltaba con todo tomar aún otra decisión. Porque no todas las cruces tenían la misma terminación. Las había lisitas y parejas, como cepilladas a mano, lustrosas por el uso. Se acomodaban perfectamente al hombro y de seguro no habrían de sacar ampollas con el roce. En cambio había otras medio brutas, fabricadas a hacha y sin cuidado, llenas de rugosidades y nudos. Al menor movimiento podrían sacar heridas. Le hubiera gustado quedarse con la mejor que vio. Pero no le pareció correcto. El era hombre de campo, acostumbrado a llevar el mono al hombro durante horas. No era cuestión ahora de hacerse el delicado. Tata Dios lo estaba mirando, y no quería hacer mala letra delante suyo. Pero tampoco andaba con ganas de hacer bravatas y llevarse una que lo lastimara toda la vida.

Se decidió por fin y tomando de las medianas de tamaño, la que era regular de peso y de terminado, se dirigió a Tata Dios diciéndole que elegía para su vida aquella cruz.

Tata Dios lo miró a los ojos, y muy en serio le preguntó si estaba seguro de que se quedaría conforme en el futuro con la elección que estaba haciendo. Que lo pensara bien, no fuera que más adelante se arrepintiera y le viniera de nuevo con quejas.

Pero el hombre se afirmó en lo hecho y garantizó que realmente lo había pensado muy bien, y que con aquella cruz no habría problemas, que era la justa para él, y que no pensaba retirar su decisión. Tata Dios casi riéndose le dijo:

-Vea, amigo. Le voy a decir una cosa. Esa cruz que usted eligió es justamente la que ha venido llevando hasta el presente. Si se fija bien, tiene sus iniciales y señas. Yo mismo se la he sacado esta noche y no me costó mucho traerla, porque ya estaba aquí. Así que de ahora en adelante cargue su cruz y sígame, y déjese de protestas, que yo sé bien lo que hago y lo que a cada uno le conviene para llegar mejor hasta mi casa.

Y en ese momento el hombre se despertó, todo adolorido del hombre derecho por haber dormido incómodo sobre el duro piso del galpón.

A veces se me ocurre pensar que si Dios nos mostrara las cruces que llevan los demás, y nos ofreciera cambiar la nuestra, cualquiera de ellas, muy pocos aceptaríamos la oferta. Nos seguiríamos quejando lo mismo, pero nos negaríamos a cambiarla. No lo haríamos, ni dormidos.


Aceptar la vida

Señor,
si valorara más lo que he recibido,
si aprendiera a descubrir lo mucho que tengo,
si tuviera más paciencia y sabiduría
para entender tus caminos,
si recuperara la sorpresa y la gratitud,
si volviera a Ti mi mirada más seguido,
seguramente aceptaría
con más alegría y confianza
la vida tal como me las has dado,
porque Tú sabes
cuál es la ruta de mi camino hacia Ti.

- Que así sea -
En Selecciones Reader´s Digest de diciembre de 2000, páginas:77-80.- VERSIÓN ADAPTADA

RICONI, MIRTHA ¿Conoce Usted los puntos de interés argentinos?

Desde las Cataratas del Iguazú hasta los glaciares de Santa Cruz; desde el pucará de Tilcara hasta las ruinas de San Ignacio; desde la Casa de la Independencia en Tucumán hasta el Palacio del Congreso Nacional, Argentina está llena de lugares de belleza extraordinaria y significado histórico. Muchos de estos sitios fueron hechos por el hombre muchos son obra de la naturaleza, pero todos tienen una característica común: forman parte del Patrimonio Nacional.

1. Comencemos por las montañas. En Mendoza se encuentra el Cerro Aconcagua, de 6.959 metros, que no sólo es el pico más alto de la Argentina, sino también de América. ¿Sabe Usted cuál es la segunda montaña más alta del país?
El Tupungato Vaya al 10
El Pissis Vaya al 6

2. ¿Dónde se encuentra la ciudad de Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego, con respecto a la cordillera de los Andes?.
Al sur Vaya al 7
Al este Vaya al 12

3. No, pero no se desaliente. Regrese al 8.

4. Un error comprensible si pensó en el río Colorado, que está al norte de la provincia de Río Negro. Dé marcha atrás, al 13.

5. ¿Sabe usted dónde se encuentra ubicada la Laguna de los Pozuelos que fue declarada Monumento Natural?
En Catamarca Vaya al 14
En Jujuy Vaya al 20

6. Correcto. Tiene 6.882 metros y está en sección de los Andes áridos, en Catamarca. Diríjase de inmediato al 8.

7. ¡Claro! Ushuaia, que en lengua de los indígenas significa “bahía que penetra al oeste”, es la única ciudad trasandina de la Argentina; en Tierra del Fuego la cordillera se extiende de este a oeste y, viajando desde el norte, hay que atravesarla para llegar a la capital de la provincia. Viaje ahora al 5.

8. Entre los árboles añosos del país, hay uno muy antiguo, de más de 800 años, rodeado de leyendas y visitado por gran cantidad de turistas: es el algarrobo al que el poeta Esteban Agüero, amigo de Leopoldo Lugones, le compuso la “Cantata del abuelo algarrobo”. Se cuenta, entre otras cosas, que junto a él se solían hacer conjuros para lograr buenas cosechas. ¿Sabe dónde está?
En Mendoza Vaya al 3
En San Luis Vaya al 11

9. ¡Qué lástima! Vuelva al 13 e intente de nuevo.

10. Empezó mal, aunque el Tupungato, que está en Mendoza, es uno de los cerros más altos: 6800 metros. Regrese al 1 e intente otra vez.

11. ¡Bien! Este árbol se encuentra en la estancia de los Agüero, en la Villa de Merlo, y su sombra fue plaza de armas para las tropas de Francisco “Chacho” Peñaloza. Responda ahora el 13.

12. No, se equivocó esta vez. De nuevo al 2.

13. Cerro Colorado es uno de los centros arqueológicos más importantes de América del Sur. Allí hay un rico yacimiento de pinturas rupestres que representan escenas de la vida cotidiana y creencias religiosas de los aborígenes que habitaron el lugar, así como de la llegada de los españoles a estas tierras. ¿Dónde se halla esta parque arqueológico?
En Río Negro Vaya al 4
En San Juan Vaya al 9
En Córdoba Vaya al 16

14. ¡Error! Intente nuevamente el 5.

15. ¿Qué hecho histórico recuerda el sitio en el que está emplazado el Obelisco de la ciudad de Buenos Aires?
La primera fundación de Buenos Aires Vaya al 19
La rendición de los ingleses, hecho que dio fin a las invasiones Vaya al 24
El primer izamiento en Buenos Aires de la bandera argentina Vaya al 21

16. ¡Muy bien! ¿Sabía que se lo conoce como la “Altamira Argentina”? Este parque está a 160 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba, por la ruta 9.Vaya al 2, por favor y visite el sur.

17.¡Bien! Tiene –105 metros y está en el centro de esa provincia. Pase al 27.

18. ¿Sabe usted dónde está el Gran Bajo de San Julián, la mayor depresión del país?
En Santa Cruz Vaya al 17
En Formosa Vaya al 22
En Chubut Vaya al 26

19. No, aunque el Obelisco se construyó en 1936 para conmemorar el cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires, que Pedro de Mendoza llevó a cabo en otro sitio. ¿ Cuál fue exactamente ese lugar? Los historiadores no se han puesto de acuerdo sobre este punto. Intente nuevamente en el 15.

20. Sí. En el norte de Jujuy, a 3.600 metros sobre el nivel del mar, se encuentra esta laguna de agua salada habitada por aves acuáticas, como los flamencos rosados. Un dato curioso: durante las noches de invierno, las patas de los flamencos quedan atrapadas en las aguas congeladas hasta el día siguiente. Pase al número 15, por favor.

21. ¡Excelente! El 23 de agosto de 1812, la bandera celeste y blanca fue izada por primera vez en Buenos Aires sobre la torre de la iglesia de San Nicolás de Bari, ubicada entonces en el sitio donde hoy se encuentra el Obelisco. Viaje ahora al 18.

22. Lejos, lejos. Regrese al 18.

23. Mal. Este tren de trocha angosta atraviesa la localidad de San Antonio de los Cobres, pero el viaducto tiene otro nombre. Conteste de nuevo el 27.

24. Anda muy desorientado. Regrese al 15.

25. El tren recorre la Quebrada del Toro, pero el nombre del viaducto es otro. Regrese al 27.

26. Se equivocó. En Chubut hay algunas depresiones, como el Bajo de Valdés, pero el Gran Bajo de San Julián no está allí. Dése una vuelta por Península de Valdés, a ver si divisa alguna ballena, y vuelva al 18.

27. Ahora vaya a las alturas. El famoso “Tren de las nubes” asciende desde los 1.187 metros sobre el nivel del mar, donde está la ciudad de Salta, hasta los 4.197 metros, y termina su recorrido en un viaducto (o puente) curvo. ¿Sabe usted cómo se llama ese viaducto?
San Antonio de los Cobres Vaya al 23
Del Toro Vaya al 25
La Polvorilla Vaya al 29

28. En el Chaco. Es el quebracho colorado chaqueño., que alcanza los 24 metros de altura y hasta un metro de diámetro. Es todo.

29. Correcto. Este viaducto, único en el mundo en su tipo, tiene 224 metros de largo, no posee baranda y está a 63 metros del fondo de la quebrada que atraviesa. Ahora, para terminar, diríjase al 30.

30. ¡Felicidades! Ya llegó al final. Aquí tiene la ruta más corta: 1, 6, 8, 11, 13, 16, 2, 7, 5, 20, 15 21, 18, 17, 29 y 30. ¿Cómo le fue? Esperamos que bien. Antes de que se vaya. ¿Podría decirnos dónde crece el árbol forestal nacional?. En el 28 encontrará la respuesta.

domingo, 7 de septiembre de 2008

LAS REGIONES Y LAS REGIONALIZACIONES GEOGRÁFICAS Por Omar Tobío VERSIÓN ADAPTADA

En Revista El Monitor de la Educación Marzo 2001, año 2, número 2

Al delimitar y caracterizar las regiones geográficas es necesario complementar los criterios físicos con los económicos y los sociales.

Los temas clave de la geografía y de la región

Para comprender el concepto de región es necesario situarlo en el marco general de la geografía como disciplina que, a lo largo del tiempo, se ha dedicado a dos temáticas clave: la diferenciación de áreas sobre la superficie terrestre y la relación entre los seres humanos y el medio.
Los criterios utilizados en Geografía para diferenciar la áreas han ido enriqueciéndose con el tiempo. En la actualidad, se estudia algo más que las diferenciaciones en sí mismas: hoy es central analizar las organizaciones territoriales considerando el papel que tiene el Estado en la regulación de la sociedad. La particular distribución de los objetos y personas sobre la superficie terrestre que surge de dicha regulación es de interés para los geógrafos.
La región es una de las construcciones teóricas más revisadas en este campo. En una primera instancia, la región puede concebirse como una porción de la superficie terrestre dentro de la cual se detecta una serie de homogeneidades de carácter natural y humano. Estos rasgos le confieren un perfil propio y la distinguen de otras regiones, de modo que identificándolos es posible establecer el límite entre una región y otra.
Por ejemplo, los límites de la región pampeana están dados por los cambios en ciertas características del relieve: a partir del río Colorado, la Llanura Pampeana da paso al comienzo de la Meseta Patagónica. El paso del clima templado de transición al clima semiárido en el oeste y sudoeste, y tropical con estación seca en el norte, indica que se está frente a regiones diferentes. También es posible identificar la modificación de los tipos de cultivos, ya que la producción de maíz y trigo prácticamente desaparece en el clima semiárido y en el tropical con estación seca.
No obstante, establecer los límites de una región ha sido y es una tarea complicada. En el ejemplo anterior se mencionan solo tres variables entre otras posibles: relieve, clima y cultivos. Es evidente que el clima no cambia abruptamente en un punto, y que los cultivos de maíz y trigo no llegan hasta un lugar claramente definido. Además, es difícil que las variables elegidas coincidan sobre la superficie de manera plena. Entonces, ¿dónde se ponen los limites?.
La alternativa más usada ha sido considerar que cada región tiene un “núcleo” donde las homogeneidades de relieve, clima e hidrografía se presentan con más fuerza. Ese conjunto de elementos físico-naturales podría identificarse, por ejemplo, en la región pampeana en el área que incluye (entre otros) a los partidos de Lincoln, General Pinto y General Villegas en la provincia de Buenos Aires, el departamento de presidente Roque Sáenz Peña en Córdoba y el de General López de Santa Fe. Esta área expresaría cabalmente las características de la región. A medida que nos alejamos de ese núcleo, los lugares serían “menos” pampeanos. Pero, ¿cuán poco pampeanos deben ser los rasgos para que la región pampeana deje de ser tal y se trate de una región diferente?

Hasta hace por lo menos cincuenta años, la preocupación por regionalizar con este tipo de criterios era casi excluyente. En la enseñanza de la Geografía, las regiones cristalizaban con la fuerte impronta físico-naturista que evidenciaban los libros de texto. Con posterioridad, aparecieron nuevas formas de pensar lo regional que, recién en la década del ´90, comenzaron a expresarse en las prácticas docentes y en los libros escolares, a veces superponiéndose con las formas tradicionales, en ocasiones conviviendo, en ciertos casos criticándolas.
En este texto se analizarán tres criterios de regionalización a fin de establecer fortalezas y debilidades de cada uno. Los tres criterios están presentes en las prácticas docentes y en los libros de texto, aunque en forma desigual.


REGIONALIZACIONES CON CRITERIOS FÍSICOS

En general, las regionalizaciones que se han enseñado durante décadas y que continúan presentes en muchos libros escolares están centradas en criterios físicos. Esto, en sí mismo, no es un problema. Pero, ¿qué certeza hay de que las acciones humanas, el estilo y el género de vida son unos en el núcleo de la Región Pampeana y otros en la ciudad de Rosario? ¿Lincoln es más pampeana que Rosario porque se encuentra en el núcleo pampeano?
La incorporación del aspecto humano, el intento de “colocar” o “acomodar” los datos sociales a la regionalización física trae ciertas dificultades. Ese acomodamiento enmascara perspectivas de determinismo ambiental, como afirmar que en la región pampeana el desarrollo económico es mayor porque las condiciones ambientales son favorables. El riesgo es transmitir concepciones de determinismo ambiental que imperan en el sentido común de la sociedad; por ejemplo, que el atraso, la marginación y el deterioro social de los países de África central se deben al calor imperante en ellos. O que la templada Córdoba presenta niveles de desarrollo económico superiores a la tropical Santiago del Estero por el mismo motivo.
Cuando se incorporan los aspectos humanos con este criterio de regionalización, a lo sumo se estudia cómo la sociedad modificó ese medio natural, pero siempre se la considera un agente externo, una especie de “agregado” a una región construida según criterios físico-naturales. Esto es empobrecedor, porque reduce la complejidad de lo social y lo convierte en un agente geomorfológico más, generalmente, un agente erosivo.
La didáctica actual de la Geografía propone no reforzar esa visión negativa según la cual la sociedad es capaz de destruir la naturaleza que reinaba en armonía hasta su llegada.
Se recomienda con especial énfasis evitar que las clases de Geografía sean simples comprobaciones de un proceder humano que se supone intrínsecamente dañino.

REGIONALIZACIÓN CON CRITERIOS ECONÓMICOS


Las prácticas de enseñanza que regionalizan a partir de criterios económicos abordan temas referidos a la producción, la circulación y la distribución, y también a la estructura demográfica y social. Como estas variables son analizadas sobre territorios, provocan de hecho regionalización, aunque no exista la intención de hacerlo.
El problema es que, en general, hay poca vinculación entre este de regionalización y la anteriormente explicada. Esto quiere decir que en la enseñanza de la geografía pueden estar coexistiendo criterios sociales con criterios físicos sin que se establezca ninguna relación entre ellos.
De todos modos, esta regionalización “de hecho”, si bien puede derivar en una multiplicidad de regiones (por cultivos, ganado, minería, industrias), también puede ayudar a demostrar que los procesos sociales no están determinados (aunque sí condicionados) por el medio natural, que a su vez es modificado por ellos.
Por ejemplo, al analizar y regionalizar el cultivo de maíz y trigo en el centro-este de la Argentina, se pone el acento en la dinámica sociohistórica que dio lugar a esta actividad a partir del siglo XIX. Pero, en Geografía, es indispensable conocer los sostenes físico-naturales que posibilitan la actividad en la región, es decir, las temperaturas promedio anuales de 17 grados y la precipitaciones por sobre los 600 mm al año, junto con las condiciones edafológicas (del suelo). Esto significa que las características de la Llanura Pampeana facilitaron pero no determinaron el desarrollo de las actividades económicas y la densificación de su infraestructura ferroviaria y vial.
En este sentido, el concepto de circuito productivo resulta útil para superar la separación entre elementos físicos y sociales. Cada eslabón del circuito se manifiesta espacialmente. Por ejemplo, en el primero (el agrícola), la presencia de los sostenes físico-naturales es esencial para comprender su desarrollo.
Un ejemplo es el estudio del circuito del algodón, cultivo cuyo rendimiento óptimo se obtiene en zonas de clima seco sin lluvias en época de cosecha, pero necesita el aporte del riego para mantener la humedad. En efecto, las áreas ecológicamente más aptas son algunas zonas de Catamarca, Santiago del Estero, San Juan y la Rioja, provincias en las que esta producción es inexistente o poco relevante.
Debido a motivos sociohistóricos y políticos, la zona de mayor desarrollo de este cultivo se encuentra en el Chaco, ecológicamente menos apto pero capaz de sostener este tipo de producción. Los eslabones comerciales y financieros del circuito de producción del algodón, que no se encuentran en la zona de cultivo, necesitan de la estructura social del Chaco para poder desarrollar esta actividad, con lo cual refuerza y mantiene la configuración geográfica de esa zona.
De todos modos, aunque los circuitos permitan superar el divorcio entre lo físico-natural y lo social, la regionalización se hará en función de cada uno de ellos, manteniendo la multiplicidad. Los eslabones financieros y comerciales se localizan en grandes ciudades y los primarios se superponen geográficamente, como ocurre, por ejemplo, con los circuitos de la lana y el petróleo.


REGIONALIZACIONES CON CRITERIOS POLÍTICOS

En los últimos años, en libros de texto y práctica docentes, se desarrollaron algunas propuestas que dejan de lado la regionalización física y que también apuntan a superar el divorcio entre los aspectos físico y social, para lograr una regionalización sin superposiciones geográficas. En general, estas propuestas son resultado de decisiones que tienen en cuenta los aportes más recientes de la disciplina.
Aquí se parte de concebir al Estado como instancia capaz de influir decisivamente sobre las configuraciones geográficas. El Estado, con su capacidad de influir la economía y la cultura, tiene especial incidencia en la regulación de los procesos sociales de su territorio.
Esto implica que, de un lado y de otro de la línea imaginaria que separa a dos naciones, dos provincias, dos departamentos o partidos, ocurren cosas diferentes. Volviendo al ejemplo de la región pampeana, es posible asegurar que las mayores diferencias entre Lincoln y Rosario se deben a las legislaciones provinciales y municipales, que dispusieron formas diferentes de utilizar una llanura más o menos parecida en ambos lugares.
El Estado también se regionaliza, es decir, se expresa espacialmente. Esta regionalización ya tiene su propio límite: el que establece cada provincia y cada país. Una provincia no tiene un núcleo central más fuerte que se debilita a medida que nos alejamos de él. El poder del Estado cubre por igual a todo el territorio bajo su control. Desde esta perspectiva, las provincias pueden ser agrupadas a partir de ciertas características similares (por ejemplo, según la existencia o no de promociones industriales).
Este criterio supone dejar de pensar el Estado como un ente con lógica y objetivos propios, desligado de la sociedad. Imaginar el Estado Nacional como organismo en pugna por el territorio con otros estados desvirtúa este tipo de propuesta. En la enseñanza, se recomienda especialmente considerar la relación existente entre la sociedad, sus conflictos y su nivel de resonancia en el Estado para comprender cómo se crean las configuraciones geográficas en los territorios que los estados dominan.
DESARROLLO REGIONAL

En Diario Miradas al Sur del 29 de junio de 2008 Suplemento AE (Argentina Económica) Año II, Número 41 páginas 2 y 3.- VERSIÓN ADAPTADA

Desarrollo regional: industrializar las zonas subdesarrolladas para la integración y la calidad de vida

Se requieren políticas de inversión pública y de promoción, que apunten a un plan de desarrollo más parejo en todo el territorio.

Por el Ingeniero Bernardo Tirelli, presidente del Movimiento Jauretche de Profesionales y Empresarios (MOJAPE)

Casi se puede afirmar que después de muchos años de sujeción de ideas extrañas se recuperó un pensamiento y un valor cultural propio, aceptado por todos los sectores, sin exclusiones, o sea por el conjunto del pueblo, que expresa, nada menos, que la Argentina no merece ni debe tener un solo pobre. Los conflictos y los debates continuarán para enfocar cómo debe lograrse este objetivo, con temas no menores como son el rol del Estado, de las instituciones y organizaciones de la sociedad, especialmente las vinculadas a la producción y el trabajo y, sobre todo, de la acción política, ausente de estos grandes temas en las últimas décadas.
Eliminar la pobreza implica abordar el desafío del desarrollo social. Esto supone disponer de una visión de país y reconocer dos cuestiones centrales: claridad sobre las causas del atraso social y el estado de situación del que se parte. Implica establecer los mecanismos para reconstruir un Proyecto Nacional, con participación de todos los actores políticos y sociales, en una visión de futuro donde lo primero que se pone en juego es la escala de valores. Por eso el desarrollo económico, medido como crecimiento con su indicador tradicional el PBI, es insuficiente no sólo para explicar objetivos sino para justificar y resolver las causas del atraso social.
El concepto de desarrollo involucra cambios cualitativos que, además de acumulación de capital endógeno, mayor productividad e incorporación tecnológica, permitan la creación de una estructura productiva de características propias superando la desarticulación y la sujeción y dependencia derivadas de la concentración y extranjerización que supone que las decisiones se toman fronteras afuera.
Un sistema de este tipo implica un esfuerzo deliberado, por encima de las leyes de mercado, que inicie un proyecto histórico donde las fuerzas sociales participantes resultan protagonistas del cambio social. Supone que el aprovechamiento de coyunturas históricas favorables pueden ser aprovechadas para que los cambios estructurales producidos no sean revertidos cuando éstas disminuyan o desaparezcan.

EL ORO INCA.

La de los Incas fue una civilización muy avanzada que construyó carreteras, levantó puentes y aseguró la alimentación de millones de individuos con vastos cultivos de maíz (el oro verde) y papas. Las llamas eran las encargadas de transportar las cargas y caravanas de mensajeros, comerciantes y militares recorrían los empedrados caminos del inca, ruta segura para el transporte que contaba con numerosos tambos que eran los lugares donde viajeros y animales podían reposarse para luego seguir avanzando.
En muchos lugares del imperio se trabajaba el oro, una gran parte de ellos se perdió porque cuando se produjo la conquista española fueron fundidos por los vencedores para ser enviados como lingotes a España.
¿Fue la pérdida del oro a manos de los españoles –estos a su vez lo perdían en los mares por la acción de la piratería inglesa- lo que derrumbó al imperio Inca? El oro no tenía valor de cambio para los incas, sino religioso, y su derrumbe se debió a que perdieron su principal valor que era el trabajo. Y lo perdieron porque fueron sometidos como esclavos por la fuerza y el uso de ventajas tecnológicas y de conocimientos que ellos no disponían: barcos y brújula para el transporte, papel para las comunicaciones y manejo de hierro y de la pólvora para las armas y las corazas que, entre otros factores, volcaron la balanza a favor del dominio español. Otras historias de imperio y colonización siguieron hasta hoy permitiendo la transferencia de la fuerza de trabajo y la acumulación de capital a los centros de poder.
Una medida de esta transferencia lo da observar la producción de acero, que por sus características mecánicas y costo sigue siendo un material de ingeniería excelente.

Las economías industriales desarrolladas tienen un consumo aparente per cápita anual, de entre 300 y 600 Kg. La Argentina logró su máximo consumo histórico de 180 Kg. per cápita en el año 1975.En aquel entonces la República Popular China tenía un consumo de 40 kg. per cápita. Hoy China consume 290 Kg. per cápita.
A partir de 1976, con el plan de desindustrialización del Ministro de Economía Martínez de Hoz, se llegó a consumos ínfimos como los de 42 Kg. per cápita en 1985 y 50 Kg. per cápita en el 2002.
En el año 2006, la República Argentina alcanzó los 136 Kg. per cápita, es decir todavía no volvió al nivel de 1975. Y además, hoy no existen una variedad de productos de alto consumo de acero como rieles para ferrocarril, locomotoras, vagones para ferrocarril y subterráneo, perfiles pesados para la construcción, material para la defensa, torres de alta tensión, auto-partes, así como una diversa línea de productos electrónicos como televisores, equipos de comunicación, grandes motores eléctricos, electrodomésticos diversos, máquinas-herramientas, bienes de capital diversos y otros, que sí se producían en 1975.
Por eso lo que caracteriza a la fortaleza de un pueblo o Nación no es la cantidad de reservas que acumula sino las capacidades nacionales de trabajo y producción, su soporte intelectual y de conocimiento, el nivel de autonomía para tomar decisiones, su cultura, autoestima e identidad. El eje de una política de desarrollo pasa por fortalecer y recuperar estas capacidades.

TERRITORIOS DESIGUALES.

La herencia de tantos años de gobiernos con políticas demo-liberales ha sido de una profunda desigualdad social que se verifica también en los territorios. Esta desigualdad fue facilitada por una acción deliberada de anulación del rol del Estado a favor de los denominados procesos de globalización. Así surgió el concepto de desarrollo local que, en este contexto, significó la vinculación directa entre centros locales de desarrollo- sin intervención política y económica del Estado Nacional- con los centros económicos globales.
Es el caso de la producción de limón en Tucumán cuya exportación se vincula a la necesidades de la empresa Coca Cola, ya que el jarabe de limón es base de su producción. No se trata de negar el mercado y no aprovechar las oportunidades de colocación de productos sino de ser actores protagónicos en ese proceso. Porque en el libre juego de mercado las zonas no elegibles por intereses exógenos se vuelven inviables. A la inversa se puede observar el caso de Alemania que sigue invirtiendo cientos de miles de millones de euros en Alemania del Este, a partir de su reunificación, sin ninguna explicación que pueda ser respondida por el mercado; aquí el interés nacional ha estado por encima.
La ausencia de políticas de desarrollo profundizó una clara contraposición entre regiones, la zona avanzada tiene la forma de una media luna, una franja de mayor dinámica, el arco del MERCOSUR: entre San Pablo – Río de Janeiro (ciudades globales); Curitiba, Montevideo (centro administrativo del MERCOSUR), Buenos Aires (ciudad global); Rosario, La Plata, Mendoza (ciudades puerta) y Santiago de Chile – Valparaíso. El paso de esta franja por territorio argentino reposiciona a la región nodal de la Pampa en el triángulo Córdoba – Santa Fe – Mar del Plata y que, apoyado en los puentes Zárate – Brazo Largo y Punta Lara – Colonia, integran la franja sud – sudeste y por cierto el Plata. Esta franja con procesos de centro adosará al sur o al norte áreas de periferia y de semiperiferia.
El resto del país es considerado región sin desarrollo, cuya característica principal es la de la carencia de industrias de valor agregado a bajos niveles de infraestructura adecuados para la producción y la logística, precariedad en el empleo, procesos de expulsión de población- la década del 90 midió dos millones de migrantes contra la mitad de la anterior-, casi nula atracción de inversiones productivas y de investigación y desarrollo, duplicación en el norte de los niveles de pobreza y ausencia de población en el sur.
A su vez, la concentración económica se radica en ciertas zonas geográficamente concentradas, convirtiendo a éstas en atractivas para nuevas inversiones, provocando el crecimiento a velocidad ampliamente superior al resto del país y cuyo inevitable resultado son nuevas desigualdades geográfico sociales que profundizan las ya existentes en un movimiento sistémico que sólo puede romperse por un actor externo a los intereses del mercado.
Es fácil advertir en población y actividades las grandes asimetrías existentes, lo que exige una necesaria política de desarrollo regional. Es un gran desafío para el futuro, ya que las tendencias de mercado profundizan las desigualdades y, por lo tanto, es necesaria una acción dirigida desde el Estado que oriente y permita este nuevo ordenamiento.
O sea, una política de corrección de desequilibrios para la construcción de una nación integrada, más igualitaria, más justa para todos sus habitantes, superando la fragmentación y la precariedad social.

HACIA EL EQUILIBRIO REGIONAL.

Debe haber un plan integrado de desarrollo regional e integración territorial. Se requieren políticas de inversión pública y de promoción para alentar inversiones aprovechando la diversidad regional, mejorando la competitividad, promoviendo la conservación del patrimonio natural y cultural, consolidando la cohesión económica y social y propiciando las iniciativas locales sin dejar de lado todo lo referente a la infraestructura en sus múltiples aspectos, energéticos, vías de comunicación y transporte, vivienda y medio ambiente. El desarrollo regional debe estar basado en tres pilares: agricultura y ganadería intensiva, agroindustria, elaboración y procesamiento de los productos primarios obtenidos y turismo, lo que no es excluyente de otras actividades industriales.
De modo que el planeamiento estratégico territorial no puede estar guiado por la recolección de una lista de demandas sino por la lista de problemas. Veamos un caso.
Hace cinco años la Federación de Arroceros reclamaba –fundamentado en la devaluación y consecuentes mayores costos- subsidio para el gasoil con que alimentaba las bombas con que se inundan los campos. Loa campos arroceros están en Corrientes y Entre Ríos donde, por ley, los saldos de la venta de energía de la presa de Salto Grande deben invertirse en la Mesopotamia, y que mejor que hacerlo en electrificación rural que disminuiría los costos de producción de arroz. Fueron cinco años sin una ni otra, entonces termina siendo más fácil la demanda de subsidios que ahorran ineficiencias de ejecución. En esta lógica el Estado ausente renuncia a su rol transformador; la corrección en estos días, donde se acaba de anunciar el plan de electrificación, tal vez sirva de ejemplo para incentivar a la inversión pública como sustento de la actividad productiva e industrial.
No existen promociones industriales por conceptos que parten de dos errores: uno considerar que la actividad productiva, en esas zonas, existiría igual sin la promoción y el otro que los fondos destinados a promoción son costos no inversiones. Nunca ha sido tenido en cuenta, por las autoridades nacionales, el recupero en impuestos y en cargas sociales que genera cada proyecto productivo. A esto se agrega que las Provincias están con nula capacidad propia, para corregir las diferencias generando desarrollo, por su carencia de ingresos superavitarios. Resolver esto implica la aplicación de recursos que bien orientados permitan las inversiones necesarias para el logro de los objetivos mencionados.
No se puede hacer una ordenación en lo local si no hay un marco de política de desarrollo que defina grandes orientaciones, diseñe un escenario global u orientaciones directrices para que las provincias trabajen en la ordenación a través de una eficiente gestión territorial. Un plan nacional de industrialización con enfoque territorial debe tener en claro la lista de problemas para enfocar la solución considerándolos a todos y cruzarlos horizontalmente de modo que la solución de alguno no implique el agravamiento de algún otro. En definitiva se trata de aumentar la producción, generar empleo de calidad, radicar población, reducir la pobreza, mejorar nuestra perspectiva de defensa y hacer más viables las economías y finanzas provinciales con más recursos disponibles para las áreas sociales y de infraestructura.
Atender lo urgente no debe impedir hacer lo importante, que es adoptar las soluciones duraderas planificando el futuro, modificando los aspectos estructurales que impiden el desarrollo. El desarrollo regional no es posible por el libre juego del mercado, debe ser una política de Estado, de un Estado presente que combine las iniciativas y la actuación local con la concepción de Nación Sudamericana.